Antonio Espinoza
Al igual que 2020, 2021 fue un a�o marcado por la pandemia. El enemigo invisible (SARS-CoV-2) que cambi� al mundo para siempre, que colaps� la econom�a mundial, que oblig� al cierre de escuelas, fabricas, oficinas y comercios, que desbord� hospitales, que trastorn� nuestras vidas y nos encerr� en nuestras casas, lleg� para quedarse. La pandemia entr� con mucha fuerza al 2021, para luego disminuir y volver a aumentar al final con la variante �micron. A la fecha, el saldo de la tragedia es de m�s de 300 millones de contagios en todo el mundo y m�s de cinco millones de muertes. Cada pa�s tuvo que enfrentar la crisis sanitaria con sus propios recursos e iniciar el proceso de vacunaci�n de sus ciudadanos, que en unos casos ha sido m�s lento, mientras que en otros ha sido m�s r�pido y exitoso. A�n as�, las oleadas de contagios y muertes no se han detenido, alert�ndonos sobre nuestra vulnerable condici�n como seres humanos. Fue en este contexto de emergencia sanitaria que transcurri� 2021: un a�o dif�cil, de avance incontenible del cambio clim�tico, crisis migratoria, cuestionamientos al capitalismo neoliberal y riesgo de la democracia ante los populismos de derecha e izquierda.
La pandemia de la Covid-19 provoc� la recesi�n econ�mica m�s grave desde la crisis capitalista provocada por el crack de 1929. En cuesti�n de d�as, empresas de todo el mundo perdieron a sus trabajadores, clientes, proveedores y l�neas de cr�dito; millones de personas quedaron desempleadas, las cadenas de abastecimiento colapsaron, el comercio se redujo dr�sticamente, los viajes internacionales se restringieron al m�nimo y muchos pa�ses cerraron sus fronteras. Afortunadamente, la recuperaci�n ha sido m�s r�pida de lo previsto. En el caso de la Uni�n Europea, el Fondo de Recuperaci�n respaldado por una deuda de 750.000 millones de euros, result� muy positivo para enfrentar la crisis, crear empleos y reiniciar el crecimiento. Ahora el peligro es que la nueva oleada de contagios, que en varios pa�ses ha tra�do de vuelta las restricciones y el confinamiento, se agrave y provoque otra vez el derrumbe de la econom�a. En Alemania, Austria, B�lgica, Francia, Italia, Reino Unido y otros pa�ses, los focos rojos est�n encendidos.
M�s all� de la pandemia, el mundo inici� 2021 con un hecho escandaloso: el asalto al capitolio de los Estados Unidos por una horda de fan�ticos azuzados por el entonces presidente Donald Trump. Lo sucedido el 6 de enero fue un hecho sin precedentes en la historia de ese pa�s. Una de las democracias m�s a�ejas y aparentemente m�s s�lidas, fue de repente violentada por un loco frustrado que perdi� las elecciones dos meses atr�s y no quiso aceptar el resultado, alegando un fraude que s�lo existe en su mente delirante. Dos semanas despu�s del ataque a uno de los s�mbolos de la democracia norteamericana, tom� posesi�n Joe Biden, lo que fue un alivio para Estados Unidos y para el mundo entero. Con una mujer como vicepresidenta (Kamala Harris) y un viraje hacia la izquierda, Biden lleg� para enfrentar en forma decidida la pandemia y con una generosa pol�tica de gasto expansivo dirigida a todos los afectados por la crisis sanitaria.
La democracia liberal, sin duda, estuvo en peligro durante los cuatro a�os de gobierno ca�tico de Donald Trump. Afortunadamente, la democracia liberal tuvo en Angela Merkel a una hero�na inigualable. Luego de 16 a�os en el poder y de reelegirse dos veces (como lo permite el sistema parlamentario alem�n), la canciller no quiso competir por un nuevo mandato y decidi� retirarse. Entre aplausos de los distintos grupos pol�ticos del Bundestag, Merkel se despidi� el 8 de diciembre, cedi�ndole el poder al socialdem�crata Olaf Sholz. Inteligente, pragm�tica, racional, sensible, la estadista alemana supo enfrentar exitosamente la crisis econ�mica de 2008-2009, la crisis migratoria de 2015 (abriendo generosamente las puertas de su pa�s a un mill�n de refugiados sirios) y la crisis sanitaria provocada por la pandemia en 2020. La pol�tica mundial de principios de siglo XXI, no podr�a entenderse sin la presencia poderosa de esta mujer que supo responder a su momento hist�rico.
La figura de Angela Merkel se agranda frente a los pol�ticos autoritarios que abundan en todo el planeta, megal�manos que est�n convencidos de que son indispensables, de que s�lo ellos pueden conducir a sus pa�ses por la ruta correcta. El mapa geopol�tico est� plagado de gobiernos impresentables dirigidos por pol�ticos autoritarios y no pocos dictadores. Dos grandes potencias, China y Rusia, ambas con gobiernos autocr�ticos, son cuestionadas por sus pol�ticas represoras internas y externas. En el gigante asi�tico, ese extra�o h�brido entre comunismo totalitario y capitalismo de Estado, se ha reprimido brutalmente a la minor�a musulmana en su interior, adem�s de que se ha ocultado informaci�n sobre el verdadero origen del coronavirus. El presidente chino, Xi Jinping, y otros bur�cratas de su gobierno, se han encargado de negar las acusaciones. En el pa�s de los zares, Vladimir Putin ha eliminado sin piedad a todos sus opositores, al tiempo que no se ha cansado de amenazar a Ucrania.
Las dictaduras se llevan bien entre s�. Si la China de Xi Jinping es el principal sost�n de Corea del Norte (el r�gimen comunista totalitario m�s exitoso de la historia, una monarqu�a comunista hereditaria en l�nea directa), la Rusia de Vladimir Putin apoya a Bielorrusia y a otras ex rep�blicas sovi�ticas con gobiernos desp�ticos. Hay dictaduras que pueden ser �serviciales� y, como en el caso de la Turqu�a de Erdogan, retener migrantes en su frontera a cambio de los millones de euros que le paga la Uni�n Europea. Hay pa�ses que pueden resistir las tentaciones autoritarias de sus gobernantes (el Brasil de Bolsonaro) y otros que cuando parec�an encaminarse hacia la democracia, los par� en seco el ej�rcito (Myanmar, la antigua Birmania). Un caso tr�gico es el de Afganist�n, con la retirada de las tropas norteamericanas y el regreso de los fan�ticos talibanes. En un mundo azotado por la pandemia, la tentaci�n populista por los hombres fuertes y los liderazgos carism�ticos es contagiosa: a imagen y semejanza de Cuba, Nicaragua y Venezuela se convirtieron desde hace tiempo en pa�ses �socialistas�, el primero �sandinista�, el segundo �bolivariano�. Sandino y Bol�var se revuelcan en sus tumbas.