Antonio Espinoza
Abierta del 8 al 17 de octubre, la XXI Feria Internacional del Libro en el Z�calo de la Ciudad de M�xico cont� en esta ocasi�n con la presencia de 340 casas editoriales e incluy� m�s de 200 actividades culturales, entre charlas, debates, presentaciones de libros y conciertos musicales. Hubo tambi�n homenajes a cuatro autores recientemente fallecidos: Jacinto Barrera Bassols, Enrique Gonz�lez Rojo, Francisco G. Haghenbeck y Antonio Helguera. De este �ltimo, se present� una exposici�n con el t�tulo de El imprescindible l�piz de Helguera, conformada con varias de sus caricaturas m�s significativas, que fueron amplificadas y colocadas en mamparas para ser vistas por el p�blico asistente. En cada uno de los homenajes, por cierto, fueron obsequiados libros de los autores respectivos. Regalados o vendidos, los libros son objeto de deseo para los amantes de la lectura ah� reunidos, aunque bien sabemos que en este pa�s la oferta supera con mucho a la demanda. Se vendieron 250 mil libros en los diez d�as que dur� la feria. En una ciudad con poco m�s de 9 millones de habitantes (m�s de 20 millones si se incluye la zona conurbada), es muy poco.
Asist� dos veces a la feria, no s�lo para presenciar alguna actividad de mi inter�s sino tambi�n para estar al tanto de las novedades editoriales. Y me pude dar cuenta que de las editoriales establecidas, la del Fondo de Cultura Econ�mica era la m�s visitada. Hab�a que hacer cola para entrar a la carpa. Una persona permit�a el acceso, calculando que no se acumulara mucha gente adentro, aplicando gel antibacterial a todos los que ingresaran y verificando que llevaran bien puesto el cubrebocas. Se entiende que los libros del FCE generen el inter�s de las personas lectoras, pues desde el inicio del sexenio, el de la llamada 4T, con el escritor y activista de izquierda Paco Ignacio Taibo II como nuevo director general de la editorial estatal, se anunciaron cambios radicales para fomentar la lectura, como la venta de libros a precios accesibles e incluso la distribuci�n gratuita a la poblaci�n. El ambicioso proyecto se centr� en el FCE, absorbiendo y en la pr�ctica paralizando la producci�n editorial de Conaculta y la red de librer�as de Educal. Sobra decir que esta operaci�n ha tenido desde un principio un fuerte contenido ideol�gico antineoliberal.
El lanzamiento de la colecci�n �Vientos del Pueblo� en marzo de 2019 fue el primer impulso para orientar la nueva producci�n editorial del Fondo de Cultura Econ�mica hacia la �izquierda�. Se trata de una serie de textos breves publicados en forma de folleto cuyo precio va de los 9 a los 20 pesos. A la fecha, se han publicado alrededor de 60 t�tulos, de autores vivos y muertos, nacionales y for�neos, entre ellos: Apuntes para mis hijos, de Benito Ju�rez; El asesinato de Zapata, de Felipe �vila; Fusilados, de Nellie Campobello; Chile: juventud rebelde, de Ariel Dorfman; A la luz del rel�mpago, de Adolfo Gilly; El cr�tico, de Antonio Malpica; Bol�var, de Gabriela Mistral; Ciudad quebrada, de Humberto Musacchio; De noche vienes, de Elena Poniatowska; Los yanquis en M�xico, de Guillermo Prieto; Leona Vicario, de Alejandro Rosas; Gustavo A. Madero, de Ignacio Solares, y La muerte tiene permiso, de Edmundo Valad�s.
El segundo impulso de este ambicioso proyecto editorial arranc� el pasado 26 de agosto, con el lanzamiento de la colecci�n �21 para el 21�, presentada por el presidente L�pez Obrador y Paco Ignacio Taibo II en Palacio Nacional. Taibo inform� ese d�a que la selecci�n de los 21 libros se realiz� bajo el criterio de que abarcaran la Independencia, la Reforma y la Revoluci�n, esto es, las tres transformaciones hist�ricas que ha tenido este pa�s, antes de la cuarta, en la que supuestamente nos encontramos. Asimismo, el titular del FCE inform� que cada uno de los libros tendr�a un tiraje de cien mil ejemplares (por lo que en total se producir�an 2 millones 100 mil ejemplares), que se distribuir�an gratuitamente a miembros de las fuerzas armadas, clubes de lectura, estudiantes normalistas, de escuelas t�cnicas y otros centros de estudio. Por �ltimo, el escritor y activista inform� que el proyecto se financi� con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y que la inversi�n, de alrededor de 45 millones de pesos, cubri� costos de impresi�n y distribuci�n, as� como pago por derechos de autor a autores o herederos.
�21 para el 21� incluye libros en verdad notables como: Canek, de Ermilo Abreu G�mez; Los de abajo, de Mariano Azuela; Bal�n Can�n, de Rosario Castellanos; Tom�chic, de Heriberto Fr�as; Pueblo en vilo, de Luis Gonz�lez y Gonz�lez; La sombra del caudillo, de Mart�n Luis Guzm�n; Apocalipstick, de Carlos Monsiv�is; El laberinto de la soledad, de Octavio Paz; Paseo de la Reforma, de Elena Poniatowska, y La revoluci�n de Independencia, de Luis Villoro, entre otros. La distribuci�n gratuita de los 2 millones 100 mil libros es, sin duda, la campa�a de fomento a la lectura m�s ambiciosa que se haya realizado en la historia de M�xico. Paco Ignacio Taibo II y su equipo no s�lo quieren emular sino superar a Jos� Vasconcelos, quien como titular de la Secretar�a de Educaci�n P�blica, lanz� hace un siglo una cruzada cultural que incluy� un programa de publicaci�n masiva de libros cl�sicos. Aquella campa�a fracas�: no pudo inculcar el h�bito de la lectura entre la poblaci�n, cuyas necesidades m�s apremiantes en ese momento eran las econ�micas, en el contexto de un pa�s que ven�a saliendo de la violencia revolucionaria.
La actual campa�a editorial encabezada por Paco Ignacio Taibo II y apoyada por la Brigada Para Leer en Libertad, dirigida por su esposa, Paloma S�iz, con todas las buenas intenciones que puede tener, probablemente sufra el mismo destino que la centenaria campa�a vasconcelista. La creaci�n de lectores no es una tarea f�cil ni puede limitarse a la repartici�n gratuita de libros. Taibo ha dicho varias veces, en las entrevistas que ha dado con motivo de la campa�a editorial, que es una �falacia� decir que en M�xico no se lee, pues seg�n su experiencia brigadista en Para Leer en Libertad y como titular del FCE, si le regalas libros a la gente seguramente los va a leer y puede convertirse en lectora. No lo creo. Ser lector implica poseer un bagaje cultural, sensibilidad para abordar determinados temas, tener una rutina cotidiana que implique dedicar tiempo diario a la lectura y recursos econ�micos para adquirir libros. En nuestro pa�s, la mayor�a de la poblaci�n, aunque sabe leer, no tiene el h�bito de la lectura. Este problema no se resuelve con una campa�a populista, supuestamente de �izquierda�, que pretende crear lectores de un d�a para otro. Los 2 millones 100 mil libros que ya se est�n distribuyendo van a ser le�dos por gente que ya tiene el h�bito de la lectura y eventualmente por gente que no lee, pero que puede interesarse por alg�n t�tulo, lo que no necesariamente implica que se convierta en lectora de por vida.