Luego de unas semanas de conflicto, finalmente este fin de semana el PRD mexiquense tendr� un nuevo l�der.
El ungido ser� Agust�n Barrera Soriano, originario de Coacalco, de la corriente Vanguardia Progresista, la misma de Omar Ortega, l�der de la bancada en el Congreso local.
As� las cosas, Cristian Campuzano quedar� relegado y habr� un nuevo l�der del partido, que tendr� ahora una enorme responsabilidad, pues sacar al sol azteca del atolladero no ser� sencillo.
Ahora es urgente, dado que la guerra pre electoral est� ya en marcha. Si el perredismo quiere estar en vi diciones de tener un lugar en la mesa de la coalici�n Va por el Estado de M�xico, necesitan empezar a trabajar cuanto antes en la recuperaci�n.
Soldados sin mando
El presidente Andr�s Manuel L�pez Obrador no ha cambiado su postura en relaci�n con la Guardia Nacional, pues asegura que aprovechar el n�mero de efectivos, la preparaci�n y el equipamiento de las fuerzas militares es la mejor opci�n para la seguridad del pa�s, ya que las corporaciones estatales y municipales no son confiables.
El problema es que �l vocifer� durante a�os contra la militarizaci�n de la seguridad p�blica en el pa�s y comprometi� que lo har�a diferente, cosa que ahora se le revierte.
Pero, adem�s, est� la reticencia de la oposici�n e incluso de su propia gente contra la formaci�n de un cuerpo policial militarizado, que ser�a tanto como oficializar la pol�tica de seguridad de administraciones anteriores.
As� las cosas, la discusi�n seguir� y tendr� que ver como hacen los legisladores de su partido para negociar, cosa que hasta ahora no han logrado.
Lo preocupante es que de todas maneras ya el gobierno federal ha enviado efectivos para el refuerzo de seguridad en municipios, sin que haya reglamentaci�n que lo sustente ni le d� orden a estas medidas, cosa que podr�a f�cilmente salirse de control.
Por ahora los municipios incluso presumen la llegada de soldados como si fueran ya la Guardia Nacional, pero controlar efectivos de Sedena no es nada sencillo y ya lo entender�n con el tiempo, esperemos que no sea por las malas.
Definir la estrategia de seguridad, en este sentido, es urgente, porque desde Palacio Nacional el presidente no puede controlar lo que pase en los municipios con la llegada de soldados y alguien tiene que hacerlo.