El Día 2 de febrero es el día esperado para deleitarse un buen tamalito, dos, o más; una vez que a alguno le salió el muñeco en la rosca, se dice coloquialmente que le tocan los tamales y la fecha para pagar precisamente esta, pero el motivo no sólo queda en comer este platillo típico mexicano.
El día de hoy se conmemora el Día de La Candelaria, fiesta popular celebrada por millones de mexicanos a través de todo el territorio, en donde las familia se reúne para pasar un rato en familia comiendo una de la variedades de tamales que en la actualidad se degustan, luego o antes de asistir a presentar al Niño Dios después de 40 días de su nacimiento.
El Niño Dios se lleva a misa debidamente vestido de un sin numero de representaciones de santos o representaciones de estampas del pasaje de la Biblia; según vendedores del mercado artesanal de Zumpango, cada año surgen de 10 a 20 nuevos diseños de atuendo, este año ya están superados los santos, por ejemplo, el niño de la abundancia y el niño de Belem, fueron los más solicitados para esta fecha.
La tradición mexicana del 2 de febrero, es el día en que las antiguas civilizaciones mexicanas preparaban tamales como ofrenda al Dios Tláloc la diosa Chalchiuhtlicue y a los Tlaloques para pedir abundante agua de lluvia que sirviera a sus cosechas.
En algunas poblaciones de Zumpango, acompañando al Niño, se lleva una ofrenda, en la que se colocan, las mejores semillas de maíz, calabaza, haba, frijol, u aquella que sea sembrada en la región, se coloca en el arreglo un cirio y unos fósforos en señal de luz y unas flores, con la intención de que esas semillas bendecidas se incluyan en las que el campesino sembrará en pocos días en sus parcelas.
Así que sinónimo de tradición es comer tamales, pero también es devoción vestir al Niño y presentar ofrendas para que haya buenas cosechas, si no, de dónde saldrían los tamales para el resto del año y el siguiente festejo.
Acela Montaño