En estos d�as recientes ha acaparado la atenci�n las protestas a las afueras del Instituto Nacional Electoral. Esto, encabezado primordialmente por Ra�l Mor�n, F�lix Salgado y el Presidente del Comit� Ejecutivo Nacional del partido MORENA Mario Delgado.
El contexto de estas manifestaciones y reclamos, se debe por la decisi�n del Consejo General del INE de cancelar el registro como candidatos a gobernadores tanto de Guerrero como de Michoac�n, de Salgado Macedonio y Mor�n Orozco.
En la sesi�n extraordinaria de fecha 25 de marzo de este a�o, la m�xima autoridad electoral de nuestro pa�s decidi� cancelar los registros como candidatos a gobernadores de estas dos entidades federativas, entre otros casos.
El motivo que en ese momento adujo el Consejo General fue, la falta de presentaci�n del informe de gastos de precampa�a.
Ante esta decisi�n, ambos contendientes promovieron recursos ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci�n, m�xima autoridad de justicia electoral en M�xico.
Este Tribunal Electoral mediante sesi�n p�blica de fecha 9 de abril, resolvi� en el caso de Ra�l Mor�n, de forma concreta que, si deb�a ten�rsele como material y formalmente precandidato y por tanto las actividades que llev� a cabo deb�an ser catalogadas como actos de precampa�a; la falta que cometi� el y el instituto pol�tico MORENA fue la no presentaci�n del informe y no as� la presentaci�n extempor�nea de dicho informe, y por tal raz�n el consejo General del INE deb�a analizar nuevamente el caso y ante esta infracci�n valorar la sanci�n a imponer.
Por cuanto a F�lix Salgado, el Tribunal Electoral se�al� de igual forma deb�a ten�rsele como material y formalmente precandidato y por tanto sus actividades que llev� a cabo dentro del proceso electoral ser consideradas como de precampa�a; tambi�n se determin� que no existi� una presentaci�n extempor�nea del informe de gastos sino una no presentaci�n del mismo; y tambi�n el Consejo General del INE deb�a considerar nuevamente el caso y analizar la sanci�n a imponer frente a esta infracci�n acreditada.
Las decisiones de las instituciones electorales, como cualquier determinaci�n, casi siempre implicara darle la raz�n a alguien y con ello tambi�n neg�rsela a otro.
En un sistema democr�tico como el nuestro, existen reglas e instituciones, de lo contrario seria pr�cticamente imposible llevar a cabo por ejemplo la elecci�n para elegir un presidente municipal o hasta un presidente de la Rep�blica.
Esta es la raz�n que todos debemos entender y adem�s respaldar.
El derecho a ser votado y votar es necesariamente sustento de una democracia, pero tambi�n lo es que existan principios y reglas que permitan una �sana� competencia, una �igualdad� entre los competidores y �certeza� de las decisiones del pueblo en cuanto a su voto secreto y directo.
Por esta raz�n hablar de candidatas y candidatos, partidos pol�ticos y elecciones, no solo es hablar de votar y querer ser votado, no solo es hablar de campa�as, discursos, o querer ser candidata o candidato; tambi�n es hablar de leyes e instituciones.
Si bien es cierto que al final la vida de nuestra democracia descansa en la gente, en sus actores y la ciudadan�a. Lo cierto es que lo hace en conjunto con las normas e instituciones que han sido precisamente constituidas y dise�adas para su vigencia.
El caso de Ra�l Mor�n y F�lix Salgado vuelve a poner en la agenda nacional no solo el borlote que nuestras elecciones y procesos electorales suelen generar. En realidad, encienden las alertas de la fractura que una necesaria sana relaci�n entre actores pol�ticos e instituciones se debe mantener.
Que un candidato sea sancionado con la cancelaci�n de su registro para contender a un cargo p�blico, por supuesto que impacta no solo en el proceso electoral o su resultado, el mayor impacto tiene que ver con la vigencia de las propias instituciones electorales que hemos dise�ado y construido.
No podemos aspirar a una democracia solida y confiable, cuando no confiamos en nuestras instituciones, o solo lo hacemos cuando aparentemente nos benefician sus determinaciones.
Nuestra democracia es una continua relaci�n de actores pol�ticos e instituciones, permanente y necesaria. Cuando se ve fracturada no solo nos enfrentamos a la prevalencia de uno de ellos, sino la decadencia de nuestra democracia, que sigue con el lastre de desconfianza por parte de la sociedad.
Dr. Octavio Mart�nez Camacho
Abogado Penalista Socio del Despacho HMSC.