En comisiones los diputados aprobaron por unanimidad el proyecto de decreto para adicionar el art�culo 17 bis a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueol�gicos, Art�sticos e Hist�ricos, que presentaron los diputados para evitar la comercializaci�n en zonas arqueol�gicas de artesan�as ap�crifas.�
Se indic� que el instituto responsable promover� acciones para que no se comercialicen en zonas arqueol�gicas y en monumentos hist�ricos de objetos considerados como artesan�as ap�crifas, hechos en serie de origen extranjero que sean plagio, o est�n inspirados en la cultura y artesan�as nacionales.�
Busca proteger del plagio�
Se insisti� en que esta iniciativa busca proteger del plagio, a los artesanos mexiquenses, y como muestra de ello, a los artistas de la zona arqueol�gica de Teotihuac�n, lugar en el que tambi�n comercializan personas de San Mart�n de las Pir�mides, a quienes afecta la venta de piezas ap�crifas, objetos chinos, coreanos y de otros pa�ses.�
Actualmente 15% de artesan�as que se venden en la zona arqueol�gica de Teotihuac�n son falsas, por se busca evitar la comercializaci�n de objetos ap�crifos y fortalecer el marco jur�dico para proteger la actividad artesanal.�
A decir de los legisladores, resulta incongruente que, en las zonas arqueol�gicas y monumentos hist�ricos, se comercialicen objetos de origen chino, coreano, o de otros pa�ses, desplazando de los espacios comerciales a los artesanos nacionales.�
Es por ello que se estima que del 15% de las artesan�as que se venden en la zona de Teotihuac�n son falsas, elaboradas con vidrio de color negro que hacen pasar por obsidiana y se venden por debajo del precio de las piezas originales, por lo que urgieron a fortalecer el marco jur�dico para proteger la actividad.�
Objetivo�
La intenci�n es preservar el legado cultural, pues las artesanas y artesanos enfrentan diversas dificultades como falta de mercado para sus productos, la competencia desleal, el regateo, la falta de apoyo para emprender proyectos productivos, el plagio de los dise�os de sus artesan�as, que entre 2012 y 2019 al menos 23 marcas de ropa, nacionales e internacionales, se han apropiado de los dise�os de las comunidades ind�genas.�