Para don Luis Rold�n y Miguel �ngel Gonz�lez la temporada del d�a de muertos es crucial pues se tienen que dedicar en cuerpo y alma para elaborar el pan de muerto artesanal que m�s que una tradici�n se convierte en un arte por el esmero que implica hacer bien el producto para satisfacer a sus clientes que los buscan cada a�o.
�Normalmente hacemos el pan cada a�o, desde hace 35 a�os, me ayudan los muchachos, yo me encargo de cocerlo, desde el d�a 25 de octubre al 1 de noviembre me dedico a la elaboraci�n del pan, mi pap� me hered� el horno y antes de empezar a trabajar le encendemos una veladora y le ponemos tres copitas de licor al hornito, si alguna persona llega enojada o de mal humor le ofrecemos de nueva cuenta al horno para que siga cociendo bien el pan.
�Trabajamos normalmente sobre pedidos, los clientes nos traen su harina y se llevan su pan cada quien, yo aprend� el oficio porque ve�a a mi pap� cansado y le ayudaba, pero poco a poco me fue gustando esta actividad y hasta la fecha seguimos, creo que lo que m�s le llama la atenci�n a la gente es el sabor que le damos al pan y por eso cada a�o regresan con nosotros�, dijo don Luis.
A tan solo unos metros de la casa de don Luis se encuentra tambi�n el horno de don Miguel quien de igual modo aprendi� de sus antepasados a elaborar el pan de muerto y �l junto con sus familiares y ayudantes se pasan largas jornadas hasta terminar con los pedidos.
�Es pan que hacemos de forma muy tradicional y artesanal, yo tengo 6 a�os de trabajar mi abuelito hizo pan durante 40 a�os, lo que puede cambiar son los materiales que usamos, pero el sabor se obtiene tambi�n en la cocci�n que es a base de horno de le�a por eso es muy diferente del pan que se hace en panader�a�, explic� don Miguel.
Ambos panaderos tienen clientes ya exclusivos y seg�n dijeron el tiempo lo distribuyen para cumplir los encargos que les hacen incluso personas de la Ciudad de M�xico que acuden a�o con a�o para llevar su pan artesanal que no cambiar�an por ning�n otro que les ofrezcan porque est�n acostumbrados al pan que se elabora en Atlautla.
Gregorio Manr�quez H