Este fin de semana, integrantes de la Guardia Nacional interceptaron ocho piezas de piel de cocodrilo, cada una de aproximadamente metro y medio de largo, que pretendían ser enviadas a través de una empresa de paquetería, ubicada en el municipio de Cuautitlán Izcalli.
Fue con apoyo de un binomio canino que durante las revisiones en el área de carga y descarga, el perro se interesó por una caja de cartón, ante la cual mostró alerta positiva tras detectar un aroma.
Al inspeccionar minuciosamente el envío procedente de Villahermosa, Tabasco, con destino a León, Guanajuato, los elementos localizaron ocho envoltorios de plástico, dentro de los cuales había pieles de la especie de cocodrilo de pantano.
De acuerdo con el artículo 420 del Código Penal Federal establece que:
“Se impondrá una pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días de multa, a quien ilícitamente: (…) IV.- Realice cualquier actividad con fines de tráfico, o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte”.
La especie de cocodrilo de pantano se encuentra enlistada en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 y en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con autoridades, las pieles de cocodrilo fueron aseguradas y puestas a disposición de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para continuar las investigaciones correspondientes.
Daniela Ramírez