La falta de planificaci�n urban�stica, de prevenci�n del riesgo, la informalidad de los asentamientos y la pobreza han influido en desgracias o p�rdidas humanas por los desastres naturales, que m�s bien, desastres humanos ya que pueden ser prevenibles. En el Estado de M�xico, la entidad con mayor poblaci�n del pa�s, experimenta diversos cambios, entre �stos, patrones de asentamientos concentrados y dispersos en zonas de alto riesgo.
La ubicaci�n geogr�fica de M�xico, as� como la diversidad climatol�gica de suelo, relieve e hidrol�gica, tambi�n, concentraci�n poblacional expone al pa�s a una serie de riesgos naturales que han derivado en cuantiosos da�os humanos y materiales. Despu�s del continente asi�tico, Am�rica es la segunda regi�n m�s afectada por desastres naturales, esto incluye ciclones, inundaciones, deslaves, derrumbes.
De acuerdo con The International Disaster Database, entre 1900 y 2017 se han registrado 3 mil 589 desastres en la regi�n. En el mismo periodo, en M�xico han ocurrido 258 desastres naturales, lo que lo convierte en el segundo pa�s con mayor ocurrencia de este tipo de eventos, despu�s de Estados Unidos, con 979 desastres.
Factores del fen�meno
Expertos coinciden en que los desastres, realmente no tienen nada de naturales, es decir que, se trata de fen�menos determinados por factores sociales, econ�micos y pol�ticos. Es decir, cien por ciento humanos.
De acuerdo con el Atlas de Riesgo del Sistema Nacional de Protecci�n Civil (Sinaproc), en M�xico, hay 617 municipios ubicados en zonas de vulnerabilidad y alto riesgo, lo que se�ala que el cinco por ciento de la poblaci�n habita en lugares con alto o muy alto �ndice de riesgo.
Esto significa que la pobreza ha obligado a las familias, sobre todo de escasos recursos, a instalar sus hogares en zonas no urbanizables de la periferia de la ciudad donde son m�s vulnerables ante los sismos e inundaciones. Ante la inestabilidad de los lugares en los que habitan, enfrentan p�rdidas de infraestructura, casas, electrodom�sticos y documentos importantes.
Seg�n el �ndice de Gesti�n de Riesgos para Am�rica Latina y el Caribe, sistema que mide el riesgo de crisis humanitarias y desastres, M�xico est� calificado en 6.2, lo que lo ubica en el Grupo E de los pa�ses que se encuentran en los niveles medios de la dimensi�n de vulnerabilidad y la falta de capacidad de afrontamiento institucional como de infraestructura, es decir, afectados por fen�menos naturales y humanos.
Situaci�n en EdoM�x
En el Estado de M�xico, de acuerdo con el Atlas de Riesgo estatal, cuenta con una superficie mayor a 22 mil kil�metros cuadrados, en los que se asientan m�s de 15 millones de habitantes, seg�n el Instituto Nacional de Estad�stica y Geograf�a (INEGI), de los cuales, m�s de 11 millones se concentran en 26 municipios: 21 de la Zona Metropolitana del Valle de M�xico (ZMVM) y cinco en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca (ZMVT), esto significa que el 75 por ciento de la poblaci�n mexiquense se ha asentado en el 19.8 por ciento de la superficie del territorio mexiquense.
La alta densidad poblacional y la concentraci�n industrial susceptible a provocar accidentes por el uso de productos qu�micos y asentamientos humanos irregulares con servicios b�sicos insuficientes y deficientes, nada acordes a las condiciones geogr�ficas de la entidad ha generado una problem�tica compleja.
Aunado a que, por las caracter�sticas fisiol�gicas de la entidad, el territorio mexiquense es susceptible a fen�menos naturales como deslizamientos de tierra, manifestaciones volc�nicas, inundaciones, bajas temperaturas, nevadas y heladas.
Eventos peligrosos
Tambi�n, un alto n�mero de asentamientos humanos se encuentran expuestos a eventos peligrosos, en consecuencia, los pobladores de estos lugares pueden sufrir p�rdidas patrimoniales e incluso, a perder sus vidas.
Estos eventos peligrosos suelen agravarse por la inadecuada intervenci�n del hombre en el medio o por factores econ�micos o sociales, las ciudades se han desarrollado de manera desordenada y sin tomar en cuenta las limitaciones que los eventos peligrosos generan para el uso de suelo y para un ordenamiento racional y seguro.
Origen irregular
H�ctor Franco, vive en Naucalpan, uno de los m�s habitados de la entidad, vive en la colonia Izcalli Chamapa, espacio que seg�n el Atlas de Peligros Naturales del municipio, tuvo un origen irregular y ahora se encuentra en condiciones de pobreza, est�n expuestas a este tipo de peligros.
Record� que lleg� a vivir en esta zona desde hace 30 a�os, proveniente de Oaxaca y ah�, encontr� un espacio para construir su casa. No obstante, ya se han presentado desprendimientos en algunas zonas habitadas del municipio, en los que se han desgajado rocas de gran tama�o que han rodado y ca�do sobre los muros de viviendas. Pese al temor constante de vivir aqu�, se niega a dejar su patrimonio.
Renovaci�n de marco legal
Fue en 2016 cuando, el Diario Oficial de la Federaci�n public� el Decreto en el que se expidi� la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, despu�s de 40 a�os contempl� la renovaci�n de un marco legal acorde a la realidad del pa�s. En �ste, contemplaron las bases para la soluci�n de los problemas que aquejan a las grandes ciudades, como son la falta de planeaci�n, de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano.
Esta ley fij� las normas b�sicas e instrumentos de gesti�n para ordenar el uso del territorio y los asentamientos humanos, con respeto a los derechos humanos, tambi�n faculta a la Secretar�a de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU) para trabajar de forma coordinada con los tres �rdenes de Gobierno y contar con un instrumento de impacto territorial para saber d�nde s� se puede construir y d�nde representa un alto riesgo. No obstante, es una ley que poco se cumple ya que la construcci�n irregular persiste.
Falta de intervenci�n
De acuerdo con expertos en Geograf�a F�sica de la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico, el problema que enfrenta esta zona del Valle de M�xico y el Valle de Toluca, es la falta de intervenci�n por parte de las autoridades, ya que desafortunadamente lo �nico que se hace despu�s de un acontecimiento como el de hace un a�o, en el Cerro del Chiquihuite es colocar un remedio sin resolver el problema de fondo.
Se�al� que, se tienen identificadas desde hace tiempo las zonas de alta, mediana y baja peligrosidad, en estas zonas de asentamientos humanos, ya no es posible realizar trabajos de prevenci�n, que pudieran evitar da�os a la poblaci�n, por lo que �nicamente es posible realizar adecuaciones, aunque cuestan m�s, pero tienen soluci�n.
En el libro La vivienda social en M�xico, m�s del 60 por ciento de la poblaci�n con ingresos menores a tres salarios m�nimos est� excluido de los Programas Institucionales de Suelo Urbanizado y de Vivienda. En la mayor�a de los casos, al �nico medio al que pueden recurrir para la obtenci�n de la vivienda es a la autoconstrucci�n, sin importar la escasez de servicios, equipamiento urbano y la obtenci�n ilegal de terrenos.
Sin embargo, este poblamiento representa m�s del 65 por ciento de las viviendas de todo el pa�s, es decir, que la vivienda de autoconstrucci�n o informal se define b�sicamente como aquella construida por el mismo habitante, sin ning�n factor pol�tico, legal y econ�mico que lo respalde, seg�n los est�ndares de M�xico.
Y estos porcentajes son preocupantes, ya que, seg�n la Sociedad Hipotecaria Federal, la autoproducci�n de vivienda en M�xico alcanza 64.1 por ciento. Otro dato alarmante es que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Vivienda del INEGI, que solo el 3 por ciento de la poblaci�n mexicana contrat� a un arquitecto, a un ingeniero o una empresa constructora para edificar su casa, porque el 97 por ciento restante s�lo pag� a un alba�il o alg�n integrante de la casa se encarg� de construir la propiedad.
Falta de planeaci�n
Carmen S�nchez contrat� a un despacho de arquitectos para la construcci�n del primer y segundo piso de su vivienda, as� como el dise�o, esto la llev� a desembolsar casi 1.5 millones de pesos a lo largo de un a�o para que su casa estuviera en pie, sin problemas ni complicaciones en el suelo, no obstante, indic� que el costo de la construcci�n del inmueble se elev� casi 50 por ciento, entre honorarios y materiales, concluy� que la contrataci�n de arquitectos es muy cara y por eso, muy pocas personas utilizan este servicio pese a que cuentan con estudios de evaluaci�n de riesgo en las construcciones.
Desafortunadamente, el no planear la expansi�n de las ciudades o las viviendas es una muestra de la indiferencia hacia personas pobres y migrantes, pero tambi�n una p�rdida de oportunidades para implementar estrategias de prevenci�n y de recuperaci�n de desastres a largo plazo.
Aunque los desastres han acompa�ado siempre a la humanidad, no se pueden evitar al cien por ciento, pero se debe tener la responsabilidad como sociedad de estar preparados, invertir en infraestructuras, sistemas de alerta temprana, concienciar sobre los riesgos, todas estas cosas pueden hacer una gran diferencia.
Cerro del Chiquihuite
Un ejemplo de asentamientos irregulares est� en el Cerro del Chiquihuite en Tlalnepantla, espacio con alto grado de marginaci�n y concentraci�n poblacional, lugar que hace un a�o se desgaj�, dej� cuatro personas fallecidas y oblig� a evacuar 126 casas, este en un barrio donde muchas viviendas se hab�an construido informalmente y sin la supervisi�n adecuada.
Construcci�n sin supervisi�n
Aunque M�xico est� entre los 15 pa�ses del mundo con mayor poblaci�n expuesta a los desastres naturales, seg�n la Organizaci�n de las Nacionales Unidas (ONU), seis de cada diez viviendas en el pa�s se construyeron sin la supervisi�n de alg�n arquitecto o ingeniero.
Desigualdad y pobreza
Seg�n la SEDATU, el problema es que se construyen con muchos riesgos los cuales est�n asociados, la mayor�a de las veces, a la desigualdad y la pobreza; la gente se asienta en viviendas m�s precarias y en zonas de alto riesgo.
Laura Vel�squez