POR GILDA MONTA�O�
El presidente ya llam� al orden a todos, para esta pandemia.�
Que extraordinarios sucesos nos han estado pasando en estos casi doscientos cincuenta d�as en que no hemos estado ni tranquilos ni en santa paz. Pareciera que esto que nos sucede no solo no lo entendemos, sino que hacemos lo imposible como para no enfrentarlo. Sin inteligencia, sin sentido com�n, sin ganas y sin credibilidad hemos pasado por distintos sem�foros, sin que siquiera nos demos cuenta de lo grave, grav�simo momento en el que el mundo entero est� pasando este virus que va a matar a millones de personas.�
Voy por la calle, y me da una indignaci�n suprema, que muchas de las personas de a pie, no tengan siquiera un cubre boca. Llevan ni�os chiquitos de la mano, y les importa un soberano comino si se contagian o no. Vamos, no lo creen. Y muchas de las chiquitas que tienen a ni�as cargando a sus hermanitos, ellas de distintas etnias y distribuidas en las esquinas de grandes avenidas, tampoco traen el m�s m�nimo sistema de precauci�n contra la pandemia.�
No es posible que ni siquiera por televisi�n o radio, hayan o�do hablar que pueden contagiarse y contagiar a sus hijos que traen del tingo al tango pidiendo limosna. Y yo me sulfuro, porque ninguna persona les ha tomado de la mano para implorar que ya no sigan teniendo tantos hijos. Que lo primero que pueden, que deben de hacer, en ver en d�nde existen programas de planificaci�n familiar, para protegerse.��
Porque �sabe usted? Esto es el cuento de nunca acabar.� Por m�s bueno que sea un mandatario, no sabe en lo m�s m�nimo, cu�l es la cantidad de personas que se deben de cuidar. Aunque sus datos sean distintos. Ahora resulta qu� de entre los que se tienen cuantificados, existen ya 108,173 personas muertas. Qu� triste. Con 1,133,613 contagiados.�
Y por fin, y con un acto de suma importancia, que se debi� de haber hecho hace 220 d�as, el presidente de M�xico les pidi�, –casi en plan de s�plica– a los mexicanos, que no salieran de su casa; que no tuvieran fiestas decembrinas; que no estuvieran fuera el 12 de diciembre, ni el 24 ni el 31, ni el 6 de enero. Que �l no los iba a detener, ni mucho menos, pero que s� tuvieran sensatez e inteligencia y entendieran que la situaci�n estaba a punto de ser muy muy grave. En sem�foro rojo. Que esto no era un �prohibido prohibir�, sino una petici�n profunda con mucho respeto a los muy inteligentes mexicanos que s� sabr�an entenderlo.�
Le�a su petici�n. La repasaba. Estaba dirigida a todo el pa�s, y la Ciudad de M�xico. Era lo�que�a mi parecer, de nuevo lo digo, debieron de haber exigido al pueblo hacer hace ya mucho tiempo. Exigido. Creo�que,�a �l, por lo menos 30 millones de mexicanos le deben de entender. O por lo menos, 7 de diez mexicanos que, seg�n tienen cuantificados, s� lo escuchan. Veremos pues, en qu� acaba todo esto. Ojal� que ahora s� le hagan caso.�