EL GREMIO DE LOS ABOGADOS
�Ricardo Alfredo Sodi Cuellar
La Universidad de Salamanca fundada en 1218, es la segunda m�s antigua, solamente precedida por la Sorbona de Paris. Sus cuatro facultades mayores eran las de Derecho Can�nico, Derecho Civil, Medicina y Teolog�a. En sus aulas se ense�aba el Derecho Romano y el idioma del alumnado era el lat�n. A los egresados se les reconoc�a la potestas, que es el poder socialmente aceptado y la auctoritas, consistente en el saber socialmente reconocido. Los trajes acad�micos y los s�mbolos de la abogac�a reflejan esta tradici�n ocho veces centenaria. El orgullo de la toga y el sentido de pertenencia, han sustentado secularmente a los abogados. La etimolog�a del vocablo abogado, proviene del lat�n�advocatus, que significa voz de los que carecen de ella y la palabra gremio proviene del lat�n�gremium, que significa regazo o seno. El gremio de los abogados es una agrupaci�n que recibe y protege a sus integrantes. Pocas ostentan tantas tradiciones y tienen un sentido de pertenencia tan arraigado. Los colegios y barras son instituciones fundamentales en las sociedades contempor�neas. En M�xico el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados, fundado en la �poca virreinal, es el m�s antiguo. Ahora bien, cabe la reflexi�n con base en una pregunta provocadora: �Cu�l debe ser la funci�n de las barras y colegios en la actualidad? Considero que la respuesta gira en torno a la �tica y a la vocaci�n de servir a la sociedad. La clave de quienes se asocian para� el ejercicio profesional, consiste en transmitir lo mejor de lo recibido; es la respuesta a la vocaci�n de sembrar el deseo de ser fermento del valor y la virtud. Deben formar en la virtud, para vivir plenamente los valores y la �tica profesional. Potenciar el h�bito de lo bueno, que lleva al bien; forjar estructuras del bien hacia la justicia, la bondad, la honestidad; en suma hacer que sus agremiados vivan esos valores, con integridad de �nimo y bondad hacia los desfavorecidos. Ante todo los colegios de abogados, deben fomentar la excelencia en el ejercicio profesional del derecho, con capacitaci�n constante. No hay peor signo de corrupci�n que ejercer una actividad para cual no se est� capacitado. Deben certificar a sus miembros, de tal manera que sean la garant�a de su ejercicio �tico, responsable y de calidad. Convertirse en foros permanentes de reflexi�n y an�lisis de los fen�menos sociales. Asumir la vigilancia cr�tica y propositiva de las instituciones relacionadas con la procuraci�n y administraci�n de justicia. Sin duda, los abogados trabajan para colmar su proyecto de vida, pero tambi�n deben ser generosos y asumir pro bono, la defensa de casos donde se adviertan injusticias y abusos. Las asociaciones de abogados deben ejercer la contralor�a de su ejercicio profesional.� En sus manos est� la tranquilidad de la sociedad y la garant�a del estado de derecho.
Magistrado del Tribunal Superior de Justicia
Del Estado de M�xico