Retru�cano judicial: los jueces juzgan y a su vez son juzgados por la sociedad
Ricardo Alfredo Sodi Cuellar
El retru�cano consiste en un juego de palabras en el que se invierten los t�rminos de una proposici�n en la siguiente, para que el sentido de esta �ltima forme contraste o ant�tesis con el de la primera.
Es evidente que la justicia como aspiraci�n m�xima de la humanidad ha despertado, desde siempre, un gran inter�s social.
En unos momentos en los que la actividad medi�tica ha alcanzado una gran presencia en la vida p�blica, la administraci�n de justicia y su mundo se han convertido en un foco de atenci�n muy relevante, como podemos comprobar casi a diario.
La complicada funci�n de juzgar conforme a derecho en nuestros d�as, est� permanentemente sujeta al escrutinio de la sociedad y de los medios de comunicaci�n.
Tan delicada y necesaria funci�n, somete a Jueces y Magistrados, tanto de �mbito federal como estatal, a fuertes presiones sociales.
Particular atenci�n reciben los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Naci�n, que adem�s de asumir funciones de tribunal constitucional, se han convertido en catalizadores de tensiones pol�ticas y sociales.
La compleja realidad de nuestros d�as, la comunicaci�n instant�nea y la judicializaci�n de cuestiones pol�ticas, son grandes retos a los que tiene que debe enfrentarse el juez, que est� hoy, m�s que nunca, sometido al escrutinio p�blico, de tal manera que podr�amos decir que los jueces juzgan y a la vez son juzgados por la opini�n p�blica a trav�s de los medios de comunicaci�n.
Ante ello �qu� tipo de jueces necesitamos?; �cu�l debe ser su perfil profesional y humano?; �c�mo debe dise�arse la ruta formativa para alcanzar la judicatura? Son cuestiones que nos conciernen no solamente a juristas, sino a la sociedad mexicana en su conjunto.
No olvidemos que est�n en juego la preservaci�n de estado de derecho y sus postulados que tienen como base el reconocimiento de la dignidad de la persona y todo cuanto a ella le ata�e.
La materia prima para ser buen juzgador, debe partir de la calidad esencial del ser humano y abocarla al servicio de la justicia. Implica una s�lida formaci�n profesional como jurista, con visi�n general de la ciencia jur�dica, pero especializado en una materia en particular.
Conciencia social, comprensi�n de la realidad y sensibilidad, deben ser atributos ineludibles. Recordemos que quien comparece ante un tribunal, busca primero ser escuchado y comprendido.
Deben saber comunicar adecuadamente sus sentencias, para que sean entendidas por sus destinatarios, no s�lo por los abogados patronos.
Deben tener valores y principios sustentados en la �tica. En lo individual, deben tener un entorno familiar estable, pues la respetabilidad de un juzgador y su fortaleza moral son el mejor sustento de su independencia.
En contraprestaci�n, se les debe garantizar un proyecto de vida estable y decorosa, sin excesos pero sin carencias. M�xico ha avanzado mucho en la construcci�n de su democracia, que privilegia a las mayor�as y legitima la funci�n gubernativa.
Pero las mayor�as, por el solo hecho de serlo, no siempre dan legitimidad a las normas sociales.
Para ello necesitamos privilegiar al litigio, conducido en el marco de un estado de derecho respetado y respetable, con tribunales prontos y expeditos para administrar justicia. Ello privilegia al ciudadano en lo individual.
Cuando se logra el sano equilibrio entre mayor�as y minor�as, se construyen sociedades fuertes y duraderas y con ello la verdadera justicia restaurativa, forjadora de progreso y bienestar.
Magistrado del Tribunal Superior de Justicia
Del Estado de M�xico