Alexander de 7 años de edad espera que lo llamen junto con su mamá a la primera de dos terapias que recibe semanalmente en la Fundación Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica (RIE) en Metepec, espacio en el que brindan atención y rehabilitación integral, pero con un diferenciador: utilizan caballos. El pequeño proveniente de Santa María del Monte, comunidad de Zinacantepec tiene parálisis cerebral infantil, discapacidad que junto con su familia luchan para una mejor calidad de vida, al menos, así lo indicó Juanita, quien señaló que desde asiste con su hijo, el entorno familiar ha cambiado favorablemente.
En la antigüedad, los pueblos entendieron que el caballo era más que un animal a su servicio para la guerra, el transporte y el trabajo. En algunas culturas lo elevaron al estatus de divinidad y hasta de curación. Durante milenios, estos animales han demostrado a los humanos que su presencia y compañía causan grandes cambios anímicos. Sin embargo, su función terapéutica nunca había sido objeto de estudio de la ciencia, hasta mediados del siglo XX, cuando los empezaron a usar para rehabilitación de diferentes enfermedades que involucraban discapacidad física y psíquica.
De acuerdo con la revista Médico Electrónica de Ciego de Ávila, la equinoterapia ha sido un procedimiento empleado a lo largo de la historia de la medicina en el tratamiento de diversas enfermedades y constituye una opción de tratamiento utilizado por los especialistas dedicados a la atención del niño discapacitado.
Y es que, la equinoterapia es una técnica terapéutica que se realiza con la monta a caballo cuyo objetivo es la rehabilitación de trastornos físicos y emocionales, ya que el equino influye a través del movimiento en el desarrollo de la postura, el equilibrio y el tono, facilita el aprendizaje motor e inhibe patrones asociados de movimiento.
Orígenes en México
En México, la equinoterapia nació en 1969 en las instalaciones del Pentathlón Deportivo Militar Universitario de manera espontánea, pero con una seriedad profesional de alto alcance, pues se trata de ayudar a niños y jóvenes con discapacidad. Día a día, en su metodología, la rehabilitación se ha incorporado en su procedimiento de enseñanza tanto aportaciones de la ciencia biomecánica como de la medicina especializada.
De acuerdo con la Federación Mexicana de Terapias Ecuestres (FEMTE), la equinoterapia, es una técnica de rehabilitación que actualmente atiende en el país a 12 mil niños con alguna discapacidad, en promedio, datos de la institución indican que en el país hay 300 centros de terapia ecuestre para niños con alguna discapacidad, generalmente que son menores que tienen dificultades para caminar, que padecen síndrome de Down o parálisis cerebral, y en cada uno de estos espacios atienden a aproximadamente 300. Tal es la importancia de este tipo de terapias que, después de Brasil, México ocupa el segundo lugar en América Latina en la formación de personal especializado en terapias ecuestres.
Proyecto RIE
Así, hace 14 años surgió el proyecto denominado Rehabilitación Infantil y Equinoterapia (RIE) que dirige Virgina López Baeza, una mujer apasionada por los caballos pues fue escaramuza, a raíz de la llegada de la equinoterapia en México, se acercó para conocer los aportes y beneficios de los caballos en los niños, posteriormente trabajó en Zacango y fue testigo de las bondades de este tipo de terapias, así poco a poco surgió el proyecto de la rehabilitación.
“Esa parte de abrirle a la familia y los niños otra opción para poder rehabilitar a sus pequeños siempre ha estado presente en RIE, aquí nosotros tenemos especialistas y lugares para cada área”, dijo.
Destacó que en RIE tienen un programa personalizado, un terapeuta por cada niño, antes de la suspensión de actividades presenciales por la pandemia por el COVID-19 atendían a 100 pequeños, continuaron en línea pero solo con 60 menores, ahora que regresaron a la actividad normal atienden a un promedio de 80, tienen la capacidad para dar atención a 150 niños.
Constan de un Programa integral ya que brindan atención en fisioterapia, ocupacional, estimulación multisensorial, terapia en psicopedagogía, neuro ingüista, trabajan para reactivar hidroterapia, todo esto gira en torno a la equinoterapia, es decir que todos y cada uno de los pequeños que asisten a este espacio, aunque sus necesidades sean motrices, emocionales o educativas, siempre abordan la terapia con caballos bajo la autorización del médico.
Todos los niños que ingresan a este programa pasan por una evaluación fisioterapéutica para verificar sus condiciones motoras con el fin de que cuando monten el caballo estén en condición física.
Rosa María Hernández, Coordinadora Terapéutica indicó que en este espacio atienden a pequeños con parálisis cerebral, síndrome de West, de Lennox-Gastaut, síndorme de Down, secuelas por traumatismo, también con trastornos como déficit de atención (TDA), del Espectro Autista (TA), conductuales, de lenguaje, emocionales.
Apuntó que, en ocasiones estos diagnósticos neuromotores pueden estar o no comprometidos con el área cognitiva, en el que realizan trabajo multidisciplinario, hay menores desde los cero a los 6 años, principalmente son niños. El 40 por ciento están diagnosticados con el Síndrome del Espectro Autista, seguido de trastornos neuromotores, de lenguaje, conducta.
Censo de menores con discapacidad
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) del Censo 2020, los niños, niñas y adolescentes con alguna discapacidad de entre 0 y 17 años suman 3.5 millones, lo que representa el 9.2 por ciento del total de la población infantil en ese rango. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indica que, de la población entre 2 y 17 años, que representan a 8 por ciento del total de la población en ese rango de edad, lo que equivale a 3 millones de mexicanos y mexicanas con alguna condición con discapacidad.
De acuerdo con el Consejo Estatal de Población (COESPO), en el Estado de México, habitan poco más de 5.5 millones de niñas, niños y adolescentes, los cuales, representan 34.51 por ciento de la población. De los menores de 0 a 14 años, el 12.33 por ciento tiene alguna discapacidad; la limitación con mayor número de casos reportados es la de caminar o moverse, seguido por la de hablar o comunicarse y la de ver. De acuerdo con la distribución por sexo, de cada 100 menores de catorce años, 57 son hombres y 43 mujeres.
Un dato de UNICEF señala que dentro de este grupo hay más niños que niñas con una discapacidad o más, pues el 10 por ciento de los niños en ese rango de edad viven con una o más discapacidades versus 7 por ciento de niñas.
Baeza López, indicó que en RIE atienden a menores provenientes de 14 municipios del Valle de Toluca e incluso, hasta de entidades como Querétaro, Ciudad de México, de manera virtual a unos pequeños en Estados Unidos. Son niños que reciben terapias, mínimo durante tres años o hasta de por vida. A todos les realizan un estudio socioeconómico, aunque la mayoría son de escasos recursos, a los que lo requieran les abren puertas y reciben. Indicó que tienen a pequeños que, alguno de sus papás dejó de trabajar para dedicarse a la atención de sus hijos o familias enteras a las que les es incosteable este tipo de tratamientos, por ello es que a todos los que se acercan, reciben apoyo, ya sea gratuito o con una cuota mínima, todo depende de los ingresos de las familias.
Discapacidad más frecuente
De acuerdo con el Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED), las dificultades para caminar son el tipo de discapacidad más frecuente con el 64 por ciento de los casos mientras que, los problemas emocionales o mentales representan el 20 por ciento.
Entre las principales causas de discapacidad son las enfermedades con el 41 por ciento, el nacimiento con el 11 por ciento y los accidentes con el 9 por ciento. En tanto, el 49.4 por ciento de las personas con discapacidad vive en situación de pobreza, el 39.4 por ciento vive en pobreza moderada, mientras que 10 por ciento está en pobreza extrema, indica el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
La directora general de la fundación, indicó que cuentan con expertos profesionales, equipos e instalaciones y cuentan con cuatro caballos jóvenes, en este inmueble les brindan acompañamiento, las familias llegan, se sienten a gusto y son tratados con dignidad, de manera cordial, los niños están felices y, por ende, sus familias también. Lo que en un principio arrancó con equinoterapia, posteriormente abarcó más rubros y así, han avanzado.
“Vimos que había una oportunidad para los niños, independientemente de los resultados que tuviéramos, las familias están muy interesadas. Durante estos años la institución ha aportado un granito de arena”, dijo.
Afirmó que los caballos forman parte de un Programa de Bienestar Animal únicamente dedicado a las terapias, son ejemplares jóvenes es decir, de 5 años en adelante y una vez que entran en edad adulta son enviados a un santuario para que estén en un lugar idóneo para descansar. En la fundación reciben todos los cuidados veterinarios, de herraje y alimenticios necesarios. Las sesiones con los caballos son cada 40 minutos y con cada ejemplar solo dan 4 sesiones al día, pues no pueden dejarlos exhaustos y requieren descanso.
Asimismo, fundación RIE legalmente constituida ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM) cuenta con certificación del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER), institución del Estado mexicano, sectorizada a la Secretaría de Educación Pública (SEP), es un lugar en el que realizan actividades de fondeo, se sostienen con donaciones del sector privado, parte gubernamental y algunas cuotas.
Así, a las instalaciones Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica (RIE), acuden niñas y niños acompañados por sus padres a recibir terapia, Juanita mamá de Alexander, señaló que tener a un niño con discapacidad ha sido complicado, aunque reciben apoyo por parte de la institución ya que el pequeño está becado al cien por ciento, los costos de pasajes son altos, pero en la familia han optado por realizar distintas actividades para generar más recursos, así ellos han visto que el niño ha mejorado, cada vez está más despierto y con condición corporal.
Laura Velasquez