Ana María Hernández, mujer con discapacidad vivía junto con su padre en un cuarto de laminas y cartón a las orillas del canal La Compañía en el municipio de Chimalhuacán, la madrugada del 14 de diciembre murió calcinada cuando un hombre apodado “El Kiko” le prendió fuego a su vivienda.
La tarde de este jueves colectivos feministas acudieron al lugar ubicado en la colonia progreso de oriente para colocar una cruz rosa en memoria de Ana María; en el sitio, aún se podía percibir las cenizas y escombros que dejo el incendio, también un pequeña cruz de madera a orillas del canal, punto en el que fueron sepultados al menos cuatro perritos que murieron junto con la víctima.
“Una vez más nos encontramos aquí exigiendo justicia para las mujeres y niñas desaparecidas y víctimas de feminicidio. No vamos a permitir que el nombre de ninguno de ellas sea olvidado”, sostuvieron integrantes del colectivo Nos queremos vivas Neza.
Vecinos y vecinas que notaron la presencia de las manifestantes se sumaron a la causa, el señor José llevó su pala para que fuera colocada la cruz, detalló que esperan reunir algo de dinero con todos los vecinos para poder realizar una misa en memoria de Ana María.
Dentro de las exigencias, las manifestantes también hicieron un llamado a las autoridades para que el cuerpo de la víctima no sea llevado a la fosa común y le sea entregado a su padre el señor Antonio Hernández.
“Exigimos que el Estado deje de ser indolente, insensible y que hagan su trabajo de manera eficaz, oportuna y expedita. En el caso de Ana María exigimos que sus restos le sean entregados a su familiar más cercano y que hasta ahora las autoridades le han impedido un sepultura digna por no tener un documento que acredite su parentesco con la víctima”.
De acuerdo con algunos testigos, el agresor siempre estaba drogado y los amenazaba. Al momento de la agresión el señor Antonio no se encontraba en lugar, Ana María no podía caminar y era sordo muda por lo que no pudo salir del lugar, a pesar de que los vecinos intentaron apagar las llamas, estás se extendieron rápidamente.
Soledad Rojas