Martha Gonz�lez
La secretaria de Seguridad del Estado de M�xico, Maribel Cervantes, dijo ayer que tiene informaci�n de una posible reuni�n de titulares de polic�as municipales de la entidad con integrantes de grupos de la delincuencia organizada.
Ya investigan el asunto e incluso derivado de esas pesquisas ya varios de los involucrados han sido despedidos.
La secretaria dijo que han trabajado en conjunto la polic�a estatal, la Guardia Nacional y los gobiernos municipales en este asunto, para determinar la veracidad de la informaci�n y actuar en consecuencia.
Esas declaraciones tranquilizan en el sentido de que al menos sabemos que las autoridades no est�n ajenas a lo que aqu� sucede y que no son omisas.
Sin embargo, a pesar de que es un secreto a voces que la delincuencia organizada acecha a las autoridades municipales, las presiona y se colude con muchas de ellas, ahora esto ha sido confirmado de manera oficial y, desde luego, asusta.
Las autoridades municipales son las que m�s padecen de las amenazas, ataques y cohecho de este tipo de grupos de delincuencia, pues est�n m�s vulnerables.
Las corporaciones municipales no tienen el n�mero de elementos, ni el armamento ni la capacitaci�n necesaria para enfrentar estas amenazas. Si no lo consigue el gobierno federal con todas sus capacidades, c�mo podr�n los municipales.
Desde luego que es necesario que se determine con la investigaci�n las responsabilidades de los involucrados y saber si hay m�s que los despedidos, en posiciones m�s altas.
Lo que esta situaci�n demuestra es la urgencia de sanear las corporaciones policiales municipales, de fortalecerlas con capacitaci�n, herramientas y mucha m�s potencia, que les permita estar en posici�n de defenderse.
Hoy en d�a, estas agrupaciones est�n conformadas en su mayor�a por gente sin experiencia, sin conocimientos ni entrenamiento, que se unen a esta labor porque no encuentran otras opciones laborales.
Esa es una contante en municipios peque�os, mientras que en otros casos, en los grandes, se convierten en nidos de corrupci�n y delincuentes de carrera, que permanecen por a�os disfrazados de polic�as, cuando son una amenaza contra la sociedad.
Es evidente que el trabajo en equipo da buenos resultados y que todos los niveles de gobierno deben involucrarse, pero hay que replantear la forma en que vemos a las corporaciones municipales o seguir�n siendo un riesgo.