Vivimos uno de los momentos que en materia de seguridad publica, podr�amos llamar de mayor �preocupaci�n�.��
Esto derivado de que en las ultimas semanas y d�as hemos tenido noticias de eventos relacionados con homicidios de personas pero no de forma aislada, sino en grupo, lo que han sido ya denominadas como fusilamientos o masacres.�
El problema redunda en la lucha por el control del trasiego o distribuci�n de droga en todo el territorio nacional, por esa raz�n no es particularmente un problema de un solo estado o regi�n sino del pa�s entro.�
Bajo este efecto el mayor numero de homicidios dolosos y los llamados levantones que tristemente terminan con privaciones de la libertad y la vida de numerosas personas� llenan las fiscal�as del pa�s.�
Extorsiones, secuestros, robos y amenazas son el pan diario de empresarios y comerciantes que ven amenazado su patrimonio y su propia vida.�
Este escenario pone en la agenda nacional al tema de seguridad como el m�s importante e impostergable.�
Mientras unos apuestan por mayor presencia de fuerzas del orden, como lo es el ejercito, la marina, guardia nacional y polic�a en general. Otros, por mayores apoyos econ�micos o programas sociales a ciertas zonas o �reas que se consideran problem�ticas como mecanismo de contenci�n al problema de adhesi�n a los grupos criminales.�
Bajo esta idea, precisamente hemos transitado de el �excesivo� uso de la fuerza polic�a y represora que tiene el Estado, como lo fue el arraigo, el allanamiento de viviendas por solo sospecha o la sujeci�n a procesos criminales con meras conjeturas �indiciarias�; a la preferencia de no guerra o uso de armas para el ataque y combate a los grupos criminales.�
Siempre lo he dicho. Somos el resultado de decisiones y acciones del pasado. Pero tambi�n de no decisiones y no acciones.�
El problema tan grave en materia de seguridad es el resultado de la corrupci�n, apoyo a grupos e impunidad que hist�ricamente han prevalecido en M�xico.�
Pero lo que a mi parecer nos ha tra�do al actual escenario es la visi�n de �aqu� no pasa nada�.�
Si, el no pasa nada, ha generado inactividad clara, objetiva, coordinada y efectiva de frente a los problemas de inseguridad.�
El no pasa nada, ha cegado durante d�cadas gobiernos tanto federal, estatal y municipal, que hoy tienen casi en su totalidad un grave problema de falta de paz.�
No ha existido una estrategia o pol�tica p�blica de seguridad, bien proyectada, con planeaci�n y revisi�n, que vea a este grave problema desde sus causas m�ltiples y no solo pretendiendo apagar las llamas a cubetadas de agua.�
La raz�n de seguridad debe ser la paz y tranquilidad de la poblaci�n, ello requiere y exige una necesaria planeaci�n y ejecuci�n de un proyecto de seguridad a corto y mediano plazo, dejando fuera claro esta, la visi�n de que aqu� no pasa nada.�
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Dr. Octavio Mart�nez Camacho�
Abogado Penalista Socio del Despacho HMSC.�
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