Hablar de desarrollo sostenible en nuestros días, necesariamente es hablar de un conjunto de acciones que están encaminadas a favorecer a las personas, nuestro planeta y la prosperidad, bajo el fortalecimiento de la paz mundial y el acceso a la justicia.
Debemos de recordar que los Estados miembros de las Naciones Unidas, reunidos el 25 de septiembre de 2015 en la ciudad de Nueva York, con motivo de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, aprobaron la agenda para el desarrollo sostenible.
Titulándose este documento como “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, el cual fue adoptado por todos los 193 países miembros de las Naciones Unidas.
Esta agenda incluye 17 objetivos de desarrollo sostenible que precisamente tiene como finalidad poner fin a la pobreza, la desigualdad y la injusticia, así como las acciones frente al cambio climático y el rezago social hacía el año 2030, precisamente de ahí que a este documento se le conozca como la “Agenda 2030”.
De forma breve señalaré que los puntos más importantes de esta agenda se basan en la universalidad de la misma, es decir no solo esta focalizada en los países en desarrollo sino en todos. Además, en estas acciones se pone como objetivo el desarrollo de los pueblos, pero teniendo en cuenta de manera primordial el medio ambiente. Entendiendo además el desarrollo no solo como un modelo de crecimiento económico, sino social y cultural, bajo criterios de empoderamiento de las mujeres y las niñas y sociedades inclusivas.
La justicia es un engrane necesario en este modelo de desarrollo desde un punto de vista sustentable, las razones son de conformidad con estas interrogantes:
¿Podemos imaginar eliminar la pobreza y la desigualdad sin justicia? ¿Es factible un mundo más incluyente sin justicia? ¿Podemos consolidar sociedades pacificas sin justicia? ¿Es necesaria la justicia para tener un mundo más equitativo, con igualdad de genero, y garantizar la vida del planeta y sus recursos naturales?
La verdad es que es inimaginable entender el desarrollo sostenible sin la justicia.
Esta idea del desarrollo sostenible deja atrás la prospectiva del desarrollo solo mediante el crecimiento económico, es más gracias a esta visión los países se olvidaron de la “gente” del medio ambiente y del planeta.
De ahí que la Agenda 2030 pone en el centro de la idea del desarrollo al ser humano, al medio ambiente y nuestro planeta. Y para lograrlo la justicia se convierte en un medio y fin a la vez, pues con cada acción realizada la justicia interviene de forma directa en su cauce y aprobación bajo este matiz de protección del planeta y sus recursos.
Precisamente, se encuentra de manera expresa el objetivo numero 16 de esta Agenda 2030, denominado “Paz, Justicia e Instituciones Sólidas”, como base del desarrollo sostenible, pues la inseguridad, los obstáculos en el acceso a la justicia y las instituciones débiles constituyen un obstáculo claro para lograr tal desarrollo.
Este objetivo parte del impacto que la corrupción tiene en instituciones como la policía y los jueces, la violación constante a los derechos humanos, así como la violencia generalizada en muchos países.
La Agenda 2030 tiene como principales objetivos relacionados con la paz, la justicia y el fortalecimiento institucional; el reducir las formas de violencia que generan miles de muertos a nivel mundial, eliminar el maltrato, explotación y trata de personas, garantizar el acceso a la justicia para todos, así como reducir la corrupción y consolidar instituciones transparentes y que rindan cuentas.
El crecimiento y desarrollo no pueden tener cabida en un mundo donde no cuidemos el medio ambiente y los recursos naturales. Tampoco en donde solo unos cuantos tengan la oportunidad de hacerlo, y mucho menos cuando a costa de ello se vulneren los derechos humanos y la dignidad de las personas, hoy hablar de desarrollo sustentable es hablar de instituciones solidas, de personas felices y de un mundo más justo.
Dr. Octavio Martínez Camacho
Abogado Penalista Socio del Despacho HMSC.