Durante el pasado 8 de marzo, fueron m�ltiples las manifestaciones de apoyo hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres; seguridad, empleo, salud, erradicaci�n de la violencia, eliminar las brechas de g�nero, etc. Y como sociedad tenemos acuerdos y metas por cumplir con este sector de la poblaci�n.�
En el D�a Internacional de la Mujer, se reivindic� la igualdad entre hombres y mujeres. El 8 de marzo, se record� la lucha incansable que han tenido las mujeres por sus derechos laborales y sociales, en favor de una sociedad equitativa y justa.�
La figura de la mujer dentro de la sociedad mexicana est� fuera de cualquier cuestionamiento, as� como el valor que otorga para la construcci�n de un mejor pa�s. En otras palabras, es un eslab�n sobre el que se sostiene el desarrollo y el mejoramiento de la humanidad.�
Sin embargo, a nivel mundial son marcadas las diferencias que existen entre hombres y mujeres, ya que, de acuerdo a datos del Banco Mundial, a nivel global, casi 2 mil 400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen las mismas oportunidades econ�micas que los hombres y 178 pa�ses mantienen barreras legales que impiden su plena participaci�n laboral.�
Situaci�n que debe ser prioritaria de atender, ya que, con base a datos de ONU Mujeres, cuando el n�mero de mujeres ocupadas aumenta, las econom�as nacionales crecen. De acuerdo a estudios efectuados en pa�ses de la Organizaci�n para la Cooperaci�n y el Desarrollo Econ�micos (OCDE) y en pa�ses no miembros; el aumento de la participaci�n de las mujeres en la fuerza de trabajo, o la reducci�n de la disparidad entre la participaci�n de mujeres y hombres en la fuerza laboral, produce un crecimiento econ�mico m�s r�pido dentro de las naciones.�
Las mujeres son equitativas y no dejan a nadie atr�s al conseguir avances en materia laboral, an�lisis realizados en diversos pa�ses, dan cuenta que, al incrementar la proporci�n de los ingresos del hogar controlados por las mujeres, procedentes de lo que ganan ellas mismas o de transferencias de dinero, modifica los patrones de gasto en formas que benefician a hijas e hijos. Es decir, contribuyen al mejoramiento de sus hogares�
Finalmente, facilitar el acceso de las mujeres a la educaci�n impacta de manera positiva en la salud, ya que, por cada a�o adicional de formaci�n para las mujeres en edad reproductiva, la mortalidad infantil disminuye en un 9,5 por ciento.��
A partir de estas cifras oficiales, podemos ubicar que la eficiencia y el verdadero desarrollo econ�mico se genera con la disminuci�n de la brecha de g�nero y estableciendo condiciones de equidad entre hombres y mujeres.�
Con la pandemia de Covid-19, tanto hombres como mujeres vieron gravemente afectados sus condiciones laborales. Con lo que las brechas de g�nero preexistentes empeoraron de forma global, debido a que los sectores m�s afectados por la contingencia y los bloqueos son aquellos en donde las mujeres se emplean con mayor frecuencia.�
En M�xico y de acuerdo con el INEGI, hasta julio de 2020 se report� una tasa de ocupaci�n del 34.7 % en mujeres, en contraposici�n al 71.8 % en hombres. Y del primer trimestre de 2020 al segundo de 2021, en 17 entidades federativas el �ndice de mujeres que transitaron hacia empleos informales fue mayor al 50%.�
Como sector econ�mico, trabajamos para reducir la desigualdad, consideramos prioritario pasar del discurso a las acciones e implementar mecanismos que establezcan condiciones de igualdad y la eliminaci�n de la brecha de g�nero.�
GILBERTO SAUZA�