Acela Montaño
Zumpango, Edo. Méx, 13 de noviembre 2020. Podríamos pensar que las librerías viven en la incertidumbre desde que se clausuraron todas las actividades no esenciales por la pandemia de coronavirus, la realidad es que con pandemia y si ella, muchos negocios de este tipo viven de una actividad muy poco valorada por la sociedad, la costumbre de la lectura.
El miedo a exponerse, la obligación del distanciamiento social y, en algunos casos, la imposibilidad de recorrer los anaqueles en busca de aquel ejemplar anhelado, cambiaron radicalmente la experiencia. Hoy vemos alternativas que trasladaron esta apreciada forma de buscar en qué entretenerse o complementar los estudios en tiendas con modelo digital.
Este efecto del confinamiento no aplica para las librerías tradicionales como la Librería Zumpango, la única en este municipio con 42 años de tradición y amor por los libros, negocio que en la actualidad busca espacios porque considera todavía hay futuro para las librerías.
Rosalba Martínez Fragoso es ahora la encargada de esta librería que fundó su abuelo Don Felipe Fragoso Ortiz, vendedor de enciclopedias, que decide poner su librería, en esos años algunos libros los llevaba de la CDMX, otros eran exportados de China, por dos generaciones más han sabido mantenerla, comenta que su librería como negocio es productivo, muy a pesar de la pandemia, sigue vendiendo con las medidas indicadas por la autoridad municipal, aunque en peores días solo abría la mitad de la cortina porque sus clientes lo seguían frecuentando.
Literatura contemporánea, literatura clásica, libros especializados, novelas, cuentos, libros educativos, didácticos, y más, son los ejemplares a disposición en este negocio, ubicado en Calle Gante No. 16 de la zona centro de la entidad, con consulta vía WhatsApp y compras en línea.
Rosalba quiere llegar a más gente, por ello piensa en espacios públicos para fomentar la lectura como un pasatiempo, por otro lado, planea aceptar transferencia de libros, ejemplares que algunas personas planeen desechar, ponerlos a la vista con un anuncio, “si te sirve, léelo”, el objetivo es hacer la lectura más incluyente.
Por su parte Tatiana Rodríguez Enríquez, con una librería en el municipio de Tequixquiac, ubicada en Calle Hidalgo No. 3 de la zona centro no cede ante la el cierre de muchos espacios de este tipo. La vendedora y artesana menciona que si bien la pandemia representó para muchos la gota que derramó el vaso, no cerrará su negocio por lo que representa a nivel social, “la falta de ventas, elevadas rentas y ahora efectos de pandemia impiden resistir mucho tiempo antes de tener que cerrar”.
La librería de Tatiana ha dado espacio a un grupo de artesanos que exhiben sus trabajos, pero además tratando de no dejar perder la venta de libros, ofrecerá un servicio de cafetería y renta de los ejemplares a muy bajo costo.
Argumenta que la lectura es un hábito que puede mejorar las condiciones sociales y humanas de cualquier lector, el leer permite pensar con reflexión y ayuda en cualquier actividad que se realice en la vida cotidiana, por ello resistirá los efectos de la pandemia.
Según sondeo, la mayoría de las librerías de la Región Zumpango ya han cerrado, solo sobreviven estos dos locales de bagaje cultural y tradición por comprar libros, la más cercana a este municipio es la de Cuautitlán México
La lectura es lo mejor de lo mejor. No desperdiciemos nuestro valioso tiempo en otras actividades vanales que no nos genera ningún tipo de prosperidad a nuestra mente. Por favor lean. No permitan que las librerías quebremos porq no es lo mismo leer en el teléfono que tener un libro en las manos . Y valoremos a nuestros artesanos. Fomentemos la lectura y la compra de cosas hechas por manos mexicanas 😃
En personal me gusta leer que sigan la librerías adelanté.
Los libros nos despiertan la imaginación.
No dejen que las librerías desaparezcan por favor