A punto de cumplirse tres años desde que fue detenida, Karina “N” espera recuperar su libertad antes del mes de septiembre, a pesar de que recibió una sentencia de más de 72 años por el homicidio de María Marta Bazán, de origen argentino, ocurrido el 2019, en el municipio de Atizapán de Zaragoza.
Karina, quien era su empleada domestica, fue acusada de planear el robo de la casa, junto con otros dos sujetos, que también fueron detenidos y con quienes se le relacionó, sin embargo, las cosas se salieron de control y asesinaron a la abogada, por lo que se encuentra recluida desde entonces en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlalnepantla, mejor conocido como Barrientos.
“Fui sentenciada el 14 de febrero del año pasado a 72 años 6 meses de prisión, metí la apelación y me hicieron reducción de sentencia, me quitaron 32 años y sólo me quedé con 40 años 6 meses, pero mi abogado sigue luchando por una absolutoria”, me explicó Kari, como la llaman sus familiares, en una llamada telefónica.
Me contactó un domingo, ella tenía mi numero de celular por que a través de Redes Sociales, cuando ocurrió el robo y homicidio, logré contactar a su hermano.
Era domingo y sonó mi teléfono, en la pantalla me apareció un número que no tenía registrado y aún así siempre respondo, pues podría ser algo importante para mi trabajo.
“Esta es una llamada de un Centro de Reinserción Social”, algo así decía la grabación con voz de hombre, mi corazón se aceleró y no sé porque imaginé que podrían ser malas noticias, un familiar quizá que por error estuviera preso.
Era Karina, me contó las dificultades que tiene su familia para poder acudir a una visita, sobre las carencias que vive en el penal, que teje muñecos para poder apoyar a su familia, las fallas en su proceso y los avances, mientras que yo tomaba nota.
“Metí un amparo contra la nueva sentencia para que la parte afectada no fuera a apelar y me quitaran o me regresaran los 72 años, afortunadamente gané el amparo y estoy en espera de la resolución de la nueva apelación que se metió a la nueva sentencia”, me explica entusiasmada y con fe.
En cuanto a las otras dos personas que fueron detenidas por la misma causa, Karina me explicó que uno de ellos fue absuelto y el otro fue trasladado a un penal de máxima seguridad por que él se dio por confeso.
“Desafortunadamente cuando él me deslinda es demasiado tarde, él ya se había dado por confeso cuando me deslindó y pues ya no fue valida su versión sobre lo mío, él dijo que yo no tenía nada que ver, de hecho hay una carta que el me envía pidiéndome perdón por haberme arruinado la vida, que porque yo no tenía nada que ver y la metí como prueba, pero el juez dijo que cómo podía él estar seguro que era una carta de su puño y letra, y le dije haciéndole un peritaje de caligrafía, pero no me lo aceptaron”, se escucha decepcionada.
Karina hace un recuento y a través del teléfono me cuenta que hubo muchas violaciones al debido proceso, además que la otra persona a la que detuvieron con ella y que decían que era su primo, no lograron comprobar el parentesco familiar y entonces salió absuelto, “Es así como me debí haber ido yo”, recalca.
Le pregunto, quizá de una forma cruel, que si ella no tuvo que ver en el robo y homicidio de su jefa, entonces por qué fue sentenciada y ella me responde: “Yo estuve todo el tiempo en el lugar de los hechos, por que yo allí trabajaba y entonces el juez me sentenció por el indicio de que yo pude haber abierto la puerta, o sea es un dicho ‘pude haber abierto la puerta’ no lo confirmó y por eso me sentenciaron”, dice un tanto resignada.
Han pasado casi ocho minutos desde que inició la llamada, entusiasmada Karina me sigue contando.
“Estoy muy contenta por que gracias a Dios me quitaron 32 años y si me los quitaron es por algo, es por que ellos saben que hay violaciones al debido proceso, a mis derechos o sea hay muchas incongruencias a todo esto y yo espero que salga algo favorable”.
En cuando a los familiares de la abogada argentina María Marta Bazán, Karina asegura que ellos nunca tuvieron la intensión de hablar con ella.
“Cuando venían a las audiencias nunca me voltearon a ver, todo el tiempo estaban agachados.
En cuanto a los otros dos detenidos, le pregunto que por que los relacionaron y tajante me responde:
“No tengo nada que ver con ellos, no los conozco, nos relacionaron solo por la zona donde vivíamos”.
Finalmente respira y yo le agradezco haberme contactado, me cuenta también que el licenciado que le ayuda no le ha cobrado y prometió que lo hará hasta que esté libre, pues confía en ella y que pronto terminará el proceso.
“Ya en septiembre voy a cumplir tres años y espero no cumplirlos y tengo fe en no cumplirlos, porque el abogado me dijo que en poco tiempo tendremos una respuesta y me estarían notificando”, finalizó.
Antes de terminar la llamada Kari agradeció ser escuchada y prometió compartir con una servidora la notificación de las autoridades mexiquenses, pues ella confía en que es inocente y que sólo se le sentenció por que un juez dijo que ella ‘Pudo haber abierto la puerta’, sin comprobarlo, para que ingresaran a robar la casa en la que trabajaba, donde mataron a su jefa.
Daniela Ramírez
