Desde muy peque�a, Natalie P�rez se adentro al mundo de los autos, su gusto por seguir aprendiendo la llev� a dedicarse de lleno a la reparaci�n de autos. A 13 a�os de dedicarse a la mec�nica, ella desempe�a esta labor con gran orgullo.
“Mi mam� quer�a que siguiera estudiando la secundaria pero ya no quise y me puse a trabajar en un taller, empec� desde lo m�s b�sico, a lavar tornillos, pasar herramienta y poco a poco me ense�aron a desarmar, tuve que aprenderme las piezas para poder volver armar”, comenta.
Para la mayor�a de las personas, la mec�nica es exclusivo de hombres, sin embargo, Natalie rompi� el estereotipo de que las mujeres no pueden, porque carecen de fuerza, porque no se quieren ensuciar y sobretodo, que necesitan de un hombre para ayudarles.
Pasaron tres a�os para que Natalie, reparar� un carro por su cuenta, comenta que al principio se sent�a un poco insegura, por lo que el ingeniero automotriz y jefe, Gregorio Rodr�guez, fue pieza fundamental para ambos trabajar�n en equipo.
“Tanto ella, como yo, ten�amos que sentirnos con esa seguridad de que si en alg�n momento no me encontraba en el taller, Natali hiciera el trabajo sin ning�n problema, pero ella ten�a que estar segura de si misma, para que los clientes tuvieran la confianza”.
Su trabajo como mec�nica, le puso muchos retos, uno de ellos, la subestimaci�n de los clientes, quienes en un principio pensaban que por ser mujer no sab�a reparar autom�viles.
“En una ocasi�n lleg� un cliente para cambio de balero, lo empec� a levantar con el gato y todo, pero el cliente me dijo que lo dejara que mejor cuando llegaran ellos. Le coment� que si sab�a, que ten�a m�s de diez a�os en esto; quite la llanta, cambie el balero, arme el carro y le dije que le fuera a dar una vuelta. Al final me dijo, que hab�a quedado bien, que el nunca pens� que una mujer sab�a hacer trabajo de hombres, pero ya vio que no”.
Para la mec�nica Natalie P�rez Galv�n, convivir en un ambiente de puros hombres no le fue dif�cil, comenta que siempre se han apoyado como equipo y si en alg�n momento quisieron ayudarle por pensar que no pod�a, hoy saben que cuenta con las habilidades suficientes para sacar el trabajo adelante.
“Las mujeres pueden dedicarse a cualquier oficio, ser mec�nica te permite sobrevivir y aprender al mismo tiempo. En la escuela de mis hijos me dicen el gran valor tengo al trabajar de mec�nica ya que es un trabajo duro, pero si te gusta no lo es”.
El Taller Rodr�guez, se ubica en Art�culo 3, colonia El Salado, en Acolman. Actualmente el trabajo de Natalie es reconocido por muchos clientes, que en su momento pusieron en duda su capacidad, ahora recomiendan su trabajo.
Soledad Rojas