Las obras que se realizan en el puente sobre la carretera federal 115, M�xico-Cuautla podr�an tardar semanas o muy posiblemente varios meses m�s hasta quedar restaurado el paso vehicular por completo en este punto a la altura de Santo Tom�s Atzingo, por lo que se prev� que los conflictos de tr�nsito de automotores continuar�n afectando a miles de personas que pasan por el lugar en veh�culos particulares y del servicio de transporte p�blico de pasajeros.
Y es que las obras que se realizan no son simples reparaciones del puente que ha sido afectado por los temblores ya que son enormes piezas de concreto las que se est�n instalando para cerrar las aperturas que hay entre las columnas, muros y cimientos por lo que se augura que el tiempo de terminaci�n de la obra, es simplemente indefinido.

A decir de automovilistas y choferes de rutas de transporte, al menos ya se ponen cartas en el asunto, es decir que ya se ve movimiento de trabajadores y sobre todo de grandes gr�as y maquinara que se usan en la restauraci�n del puente, cuando antes estaba absolutamente abandonado, sin que se hicieran trabajos y el puente que permanec�a inservible.
De antemano el lugar continuar� siendo el cuello de botella para el paso de miles de veh�culos, principalmente los fines de semana primero por las ma�anas con direcci�n hacia Cuautla Morelos y por las tardes con enormes filas con direcci�n hacia la CDMX.

De igual modo, el sitio seguir� siendo bueno para los comerciantes ambulantes que mientras duren las obras tendr�n espacio para ganarse el sustento vendiendo sus mercanc�as como agua embotellada, refrescos, frutas, golosinas, frituras y hasta paraguas por la temporada de lluvias, aprovechando los congestionamientos que se forman.
En cuanto a los carriles de la parte baja del puente sobre la carretera federal que funcionan, estos est�n de mal en peor con m�s baches cada vez, al grado de que el pavimento, literalmente ya no existe sin embargo no hay otra alternativa vial para quienes diariamente tienen que cruzar por esta parte de la regi�n de los volcanes.
Gregorio Manr�quez H