Vestigios de hornos para la producci�n de material utilizado en la construcci�n de la Caja de agua y T�nel de Zumpango a Tequixquiac, podr�an ser restaurados con inter�s hist�ricos, culturales y l�dicos, adem�s de rescatar del �rea para su resguardo, as� lo hace saber el arque�logo del INAH, Jos� Hern�ndez Rivero, quien realiza estudios de estas construcciones ubicadas en el Tajo de Tequixquiac.
Seg�n el especialista, por el dise�o, los hornos continuos son considerados �nicos en el mundo, socialmente fueron fuente de empleo de miles de habitantes de la regi�n y marcaron tendencia para el perfeccionamiento de t�cnicas de construcci�n, pero sobre todo atendieron la demanda de material requerido para la segunda obra de infraestructura hidr�ulica m�s importante del porfiriato, el Canal del desag�e de la CDMX.
Propuesta de muse�grafo
El ingeniero explica que para rescatar el segundo horno ubicado a espaldas del campo deportivo y a lado de la barranca, se necesita primero recuperar legalmente el �rea, misma que d�a a d�a se ve invadida y banalizada, el siguiente paso es la conservaci�n para evitar m�s deterioro y finalmente rehabilitar con el dise�o original para darle un uso social como museogr�fico, debido a la riqueza del acervo paleontol�gico desde el hallazgo del Hueso Sacro y otros f�siles hasta la construcci�n del t�nel.
La opini�n del especialista es que los hornos deben ser restaurados y darles una utilidad, con el objetivo de que los habitantes se identifiquen y los conserven como patrimonio hist�rico y monumental, respetando el a�rea y convirti�ndolo en un atractivo tur�stico para fortalecer la econom�a y cultura de sus habitantes.
Antecedente de los hornos
La explicaci�n hist�rica de estos hornos para la producci�n de material nace de la necesidad de la CDMX de desalojar sus aguas, en una obra que duro 43 a�os, inaugurada por Porfirio D�az en 1900, fecha en la que dejaron de funcionar y se quedaron para el archivo hist�rico.
Seg�n investigaciones del arque�logo los tres hornos continuos produjeron un mill�n de dovelas de concreto, 25 mil metros c�bicos de mortero de tezontle y cal, mil toneladas de carb�n quemado en las m�quinas y fraguas, 20 mil metros c�bicos de piedra para mamposteo, mientras los hornos de chimenea o f�bricas de ladrillo llamados de bater�a produjeron 22 millones de ladrillos.
Finalmente, el arque�logo se�ala que Tequixquiac tiene la fortuna de contar con estos monumentos arquitect�nicos que en su momento tuvieron auge y que a la fecha no se ha dado la importancia debida, m�s alienta la iniciativa de habitantes, de Prosoayreh y la disposici�n del presidente electo Luis Ra�l Meneses, quien ya conoce el proyecto.
Deterioro grave
Ante el llamado de habitantes de la zona del Tajo y la Asociaci�n Civil Prosoayreh, quienes han insistido con el rescate de estos monumentos, sin obtener respuesta de las autoridades locales, indican que con el paso del tiempo y m�s notoriamente en los �ltimos meses, el riesgo de derrumbe en cada vez m�s alto.
Acela Monta�o