Polic�as de barrio son los guardianes de las calles de las colonias del municipio, pero como autoridades auxiliares, no cobran ning�n salario y los ingresos que tienen son de cooperaciones de la ciudadan�a que les hace sus donativos cada semana cuando los oficiales pasan casa por casa para solicitar la ayuda econ�mica a cambio de hacer sus rondines por la noche y la madrugada.
�Nosotros no tenemos ning�n salario fijo y la labor que hacemos es m�s voluntaria que obligada porque debido a nuestra necesidad tenemos que buscar un modo de vida, en mi caso ya llevo muchos a�os como polic�a auxiliar mis gastos no son muchos pues lo que gano es nada m�s para mi esposa y para m�, adem�s cuento con la ayuda que da el gobierno federal para los que tenemos m�s de 65 a�os� coment� don Fulgencio vecino de la colonia Uni�n de Guadalupe.
Para cada colonia del municipio hay una delegaci�n que ocupan las autoridades auxiliares que a la vez son las de primer contacto con la poblaci�n para alguna emergencia, pero sus funciones son muy limitadas y dichos recintos sirven tambi�n para dar servicios muy elementales a las personas y m�s bien los delegados son los enlaces con las autoridades del ayuntamiento y la polic�a municipal.
Cada colonia cuenta con un edificio, algunos que est�n debidamente acondicionados con �reas de atenci�n a la salud, biblioteca y espacios para realizar algunas actividades culturales, los delegados de igual modo no tienen salario y son elegidos por sus conciudadanos organizados en planillas por las que la gente vota cada periodo.
En cada delegaci�n hay por lo menos 4 polic�as voluntarios en cada turno, a los que les toca cubrir el horario nocturno, les corresponde hacer rondines en bicicleta por las calles y avenidas donde pasan tocando un silbato para identificarse, los uniformes los pagan los mismos polic�as, no portan armas y al final de la semana pasan a recoger los donativos a cambio le dan a las personas un boleto que hace las veces de comprobante de cooperaci�n y que lleva impresos los n�meros de tel�fono de emergencia.
Gregorio Manr�quez H