Civilidad pol�tica
Martha Gonz�lez
Hoy empiezan las comparecencias del gabinete estatal por la Glosa del Segundo Informe de Gobierno de Alfredo del Mazo Maza y los secretarios est�n muy preparados ya para los cuestionamientos.
Los primeros por acudir al Congreso local ser�n el Secretario General de Gobierno, Alejandro Ozuna y Rodrigo Jarque, de Finanzas.
El primero es nada menos que el encargado de la pol�tica interna del estado y asegura que la civilidad y el entendimiento pol�tico est�n entre los principales logros de este segundo a�o de labores.
Puede que tenga raz�n, dado que lo cierto es que se esperaba una guerra de guerrillas entre el Ejecutivo y el Legislativo mexiquenses con el primer Congreso de mayor�a morenista y un gobernador pri�sta.
Es en el Estado de M�xico donde est�n puestos los ojos del pa�s por esta interesante diversidad pol�tica que dejaron los dos pasados procesos electorales y la realidad es que hay bastante m�s civilidad de la que se preve�a.
Ah�, claramente est� la mano de Ozuna Rivero, que es adem�s el encargado de la relaci�n del gobierno mexiquense con los municipios, con los que dice que hay grandes avances en la coordinaci�n, en la medida que las autoridades locales se dan cuenta de que es m�s f�cil y mejor trabajar en equipo, en particular en materia de seguridad.
Y es que hay que recordar que en la administraci�n anterior hab�a un convenio de mando �nico policial con los gobiernos municipales, mismo que dej� de funcionar a partir de las administraciones locales iniciaron funciones en enero.
Sin embargo, la coordinaci�n ha resultado ser la �nica forma de encontrar mejores resultados contra la delincuencia y los presidentes municipales se dan cuenta, lo mismo que el gobierno mexiquense debe trabajar en equipo con el federal.
Al final de cuentas, los mexiquenses necesitamos soluciones a los problemas, sin importar de qu� partido provenga cada autoridad.
As� las cosas, efectivamente la civilidad pol�tica conseguida en este segundo a�o de administraci�n de Alfredo de Mazo, que se esperaba r�spida, compleja y sin gran margen de movilidad para el Ejecutivo, puede ser la diferencia entre buenos resultados y p�simos.