Finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci�n le puso punto final a la escalada de agresiones de F�lix Salgado Macedonio cuando apoy� la decisi�n del INE de cancelar su candidatura a la gubernatura de Guerrero por Morena.
La guerra que le declar� a los consejeros del INE, incluso con amenazas, tendr� que esperar para despu�s porque ya tiene un nuevo proyecto electoral en el que se ha empezado a concentrar de inmediato, no hay tiempo para echar pleito: su hija, parad�jicamente una mujer, ser� quien tome su lugar como candidata.
Ver� usted, resulta una especie de jugarreta del destino que sea una mujer quien lo sustituya, pues aunque pierde la candidatura por asuntos legales relacionados con incumplimientos administrativos, lo que est� en la mesa de discusi�n desde hace semanas son las acusaciones en contra de Salgado Macedonio por violaci�n y acoso sexual.
Por desgracia, aunque la ley proh�be a los partidos candidatear personas con este tipo de antecedentes, result� que a�os de impunidad y abuso de poder impidieron que las denuncias procedieran y por lo tanto la aplicaci�n de ese nuevo marco legal.
As� las cosas, lo defendi� y solap� Morena, el presidente y sus correligionarios, as� que contra viento y marea, entre irregularidades y trampas, lo candidatearon.
Sin embargo, esa impunidad a la que est� acostumbrado result� el arma justiciera con la que lo fren� el INE, pues ignorante de la ley y las reglas -parece una caracter�stica general de ese partido- no present� informe de gastos de campa�a y la sanci�n fue may�scula.
No es bonito, no es lo que hubi�ramos deseado, pero al final funciona: no ser� candidato, ni gobernador y, el mundo no se vino abajo como Salgado Macedonio auguraba, ni mucho menos la elecci�n en Guerrero.
Lo que s� qued� por los suelos fue la idea de Morena y los suyos -incluido el presidente- de que ahora que tienen el poder pueden hacer lo que les d� la gana y salirse con la suya en nombre de la voluntad del pueblo.
Ahora veremos que tanto apoyo ten�a en realidad de la gente, pero lo primordial es que su hija no le permita pretender gobernar en su lugar, en caso de ganar. Esa s� que ser� la madre de las batallas.