Enfrentados por el reemplacamiento
Martha Gonz�lez
El reemplacamiento podr�a por terminar reventar a la bancada de Morena, que tiene ya bastantes fracturas internas.
El l�der, Maurilio Hern�ndez, intenta negarlo pero se nota a leguas que los acuerdos no se sostienen, si es que los hay, mientras que la pugna es por lo mismo de siempre: poder.
El conflicto que hoy vive Morena en la bancada refleja la realidad de ese partido, al menos en el Estado de M�xico y era bastante previsible.
El choque es, b�sicamente, entre los �puros� y los que vienen de otras fuerzas pol�ticas, aunque hay muchos m�s grupos, todos en busca de obtener el control del partido, que hoy es el m�s poderoso, pero puede perder ese estatus si no consiguen controlar las pugnas y les llevar� menos tiempo que a las dem�s fuerzas pol�ticas.
En los ayuntamientos la situaci�n es insostenible, con cabildos que no consiguen acuerdos, alcaldes que no saben negociar y encargados de despacho que llenan los gabinetes porque ni siquiera han podido asegurar los nombramientos de sus directores.
Adem�s, ante su falta de pericia, los morenistas, ha abierto las puertas a toda suerte de �asesores� con largos historiales en otros partidos.
Panistas como los Dur�n Reveles o Juan Carlos N��ez Armas son los que �mueven el pandero� en municipios grandes como Toluca, Naucalpan y Tlalnepantla.
En otros, como Cuautitl�n Izcalli, la administraci�n es inoperante porque no hay directores a�n.
En los chicos, como Tianguistenco los alcaldes se exceden en el uso del poder y despiden a los empleados por decenas, solo porque no apoyan sus decisiones.
Es claro que lo que los mexiquenses queremos son partidos democr�ticos, pero eso no significa desorden. El poder es para ejercerlo, no para compartirlo. Evidentemente lo que hace falta es un liderazgo fuerte que ponga orden. La pregunta es �qui�n?
Maurilio Hern�ndez, parece la �nica voz sensata ah�, pero necesita apoyo. Ayer dijo que el �nico vocero de la bancada morenista es �l, sin embargo, en ese grupo parlamentario cada quien declara lo que mejor le parece, como si no hubiera un proyecto com�n.
Los se�alamientos de los legisladores que pretenden la derogaci�n del reemplacamiento podr�a echar abajo las negociaciones del l�der de su bancada, quien busca una soluci�n que beneficie a todos, pero eso parece no importarle a sus compa�eros., ni mucho menos el inter�s general.