El Estado de M�xico est� convertido en plaza irregular por completo. En cualquier colonia puede uno toparse con puestos improvisados en sus propias casas o autos, que ofrecen cualquier cantidad de productos. Mercaditos y tianguis que nacen al amparo de la necesidad de un d�a para otro.
Hay de comida, dulces, bolsas, peluches, vaya, la lista es interminable y ah� se topa uno con gente ajena a las grandes mafias del ambulantaje.
Se trata de ciudadanos comunes que no tienen empleo gracias a la pandemia, no les alcanza con el ingreso familiar o encontraron que conven�a m�s esta actividad que un trabajo mal pagado y sin prestaciones sociales.
Hay estudios que concluyen que, antes del Covid, s�lo el 58.06 por ciento de los mexiquenses contaba con un servicio de salud garantizado y casi el 80 por ciento de los negocios eran irregulares.
Es decir, que al menos 6 millones de mexiquenses no ten�an cobertura de salud, lo que significa que se ven obligados a pagar por esos servicios de manera independiente o a depender del seguro popular, cuyo servicio deja mucho que desear.
En M�xico, no s�lo en el estado, los que m�s vulnerables se encuentran frente a los patrones son los trabajadores, pues en la mayor�a de los casos no tienen m�s remedio que aceptar las condiciones laborales, so pena de perder el empleo.
Luego de la pandemia ser� necesario hacer un recuento para conocer las condiciones en las que nos quedamos, pero el panorama no es nada alentador, porque estas p�simas condiciones no son producto de la pandemia nada m�s, ya las tra�amos arrastrando.
Por lo pronto, es urgente que los gobiernos municipales hagan su parte y empiecen a revisar, al menos, que en los sitios irregulares se cumplan algunas medidas sanitarias b�sicas, para que no sigan siendo focos de infecci�n.
Ya que no han podido erradicarlos, por las razones que sea, al menos que se dediquen a revisar que usen gel, cubrebocas.