Riesgo en Toluca
Martha Gonz�lez
Parece que la historia de los ambulantes se le est� complicando a ayuntamiento de Toluca un poco m�s de lo que el alcalde Juan Rodolfo S�nchez G�mez esperaba.
Y es que el problema es mucho m�s grande que cuando el edil gobern� la vez anterior.
Desde entonces hasta ahora las cosas han empeorado bastante en este tema �y en muchos otros- de forma que la soluci�n no ser� sencilla.
Funcionarios de la administraci�n opinan que el gobierno municipal est� rebasado ya. Eso suena exagerado, porque la autoridad es la que tiene el control y no es posible que un grupo de ambulantes, por grande o poderoso que se presuma, la supere.
Lo cierto es que no puede el ayuntamiento disponer de polic�as d�a y noche para vigilar las zonas de donde retira a los vendedores para que no se vuelvan a instalar. La inseguridad no permite ese lujo y los ciudadanos necesitan tener a los efectivos vigilando otros espacios.
Tampoco es posible que el gobierno municipal permita que los comerciantes hagan su voluntad, ni mucho menos dejarse presionar por manifestaciones.
El problema es que los enfrentamientos suben de tono y ya ayer hubo heridos, entre ellos un menor de edad.
Los ambulantes, tanto de las agrupaciones como los que se hacen llamar independientes no tienen nada que perder, pues ya se han quedado sin su forma de sustento, por lo que claramente est�n dispuestos a todo. El gobierno municipal debe actuar con cautela.
A la larga, esta es la segunda vez que los polic�as municipales son se�alados de abusar de la fuerza en operativos que, si bien son legales y aceptados por la poblaci�n, deben ser aplicados de forma m�s efectiva
Es claro que el gobierno municipal tiene varios frentes abiertos en los que necesitar� la intervenci�n de la polic�a, de forma que lo mejor ser�a capacitar a sus elementos para que puedan enfrentar este tipo de situaciones limpiamente.
Tener un grupo de polic�as capacitados y preparados en derechos humanos, aplicaci�n de uso de la fuerza y con protocolos adecuados es necesario para cualquier autoridad, en este caso parece urgente, de lo contrario, las acciones de la autoridad corren el riesgo de perder credibilidad, en especial si los operativos ocurren en la v�a p�blica, donde uno de estos d�as un ciudadano com�n, ajeno al conflicto, puede resultar lesionado. Ese s� que ser�a un problema grave.