Ayer el l�der nacional de Morena, Mario Delgado, despotric� contra el gobierno del Estado de M�xico, en un intento fallido por desmarcar al presidente Andr�s Manuel L�pez Obrador de Alfredo del Mazo.
Lo cierto es que AMLO parece tener alguna deferencia por el mandatario estatal y no se ha molestado en esconderlo, a�n en la v�spera de la elecci�n mexiquense.
En todo caso, Delgado tiene menos autoridad de lo que �l supone, ya el presidente se lo ha hecho saber en repetidas ocasiones. La m�s reciente, el rechazo a la invitaci�n para ser Consejero Nacional de su partido.
Por cierto de poca autoridad, con qu� ascendencia moral ser� que el l�der morenista se atreve a se�alar actos adelantados de campa�a del panista Enrique Vargas y la pri�sta Alejandra del Moral, cuando fueron �l y sus compa�eros de partido los que adelantaron la carrera electoral del Edomex en aquel acto masivo frente al teatro Morelos. Y no fue el �nico.
Aislados
Despu�s de casi dos a�os en pandemia, en el valle de Toluca y el de M�xico, es notorio un aumento importante de personas que se buscan la vida en la calle, de manera que cada vez m�s se vuelve com�n ver limpiaparabrisas o pedig�e�os en las esquinas, incluidos menores de edad, madres con sus ni�os y familias enteras.
Autoridades, especialistas y ONGs suelen se�alar que cuando les damos dinero a las personas que viven de pedir ayuda en las calles, los atamos m�s a esa condici�n.
Se supone que estas personas suelen vivir en esas condiciones por decisi�n propia, pues a�n cuando se les ofrecen oportunidades de un empleo formal, las rechazan.
En este paradigma oficial el argumento central es la necesidad de dignificar las condiciones de quienes viven de las calles, pero el problema es que no han considerado que esa opci�n los lleva a otra peor, que es no tener dinero suficiente para cubrir sus necesidades b�sicas y las de sus familias, en particular en una situaci�n como laque hoy vive el mundo entero y que ha vuelto m�s criticas las condiciones de millones de personas que ya la pasaban mal.
En este sentido, no deber�a ser sencillo concluir que se trata de una elecci�n por una vida m�s sencilla, pues las circunstancias que prevalecen en las calles para estas personas tienen de todo, menos comodidad.
Al final de cuentas, uno de los graves problemas es que los empleos formales a los que pueden aspirar tienen salarios que apenas alcanzan para lo b�sico, en el mejor de los casos, ese dinero no es suficiente para sostener a una familia con casa, comida, vestido y educaci�n.
Lo lamentable es que la opci�n de las calles lleva a un c�rculo vicioso en el que lo que menos se busca es el desarrollo. La mayor�a de estas personas est�n atrapadas en condiciones que ellos no inventaron, pero que les toca enfrentar en el d�a a d�a.
As�, estamos cada vez m�s alejados los unos delos otros y los gobiernos con menos posibilidad de cubrir estas necesidades. Es momento de ser solidarios con quienes m�s lo necesitan y tenemos a nuestro alrededor, o terminaremos m�s aislados que durante la etapa m�s dura de la pandemia.