Finalmente, despu�s de a�os de lucha, de promesas incumplidas y de ser utilizados como moneda pol�tica de cambio, la poblaci�n LGBTTTI+ tuvo un avance importante con la aprobaci�n de los matrimonios igualitarios en el Estado de M�xico.
Hay que celebrar que al fin este sector social tenga a salvo sus derechos, pero que tambi�n los pol�ticos, de todos los partidos, excepto el PRD, hayan dejado de aprovecharse de su causa para manipularlos.
Lo cierto es que hasta hubo fuerzas pol�ticas que crearon liderazgos y agrupaciones para acatar el voto de esta comunidad y luego, a la horade poner a salvo sus derechos, simplemente les dieron la espalda.
As� las cosas, ni los m�s liberales ni los menos abiertos impulsaron realmente este tema, hasta hoy y eso nos habla de lo dura que ser� la guerra pol�tico electoral. Hoy, cada voto cuenta.
Prioridades
Al inicio del sexenio el presidente de la Rep�blica, Andr�s Manuel L�pez Obrador, dec�a que la seguridad estaba en el tercer lugar de sus prioridades como titular del Ejecutivo federal. Primera estaba el combate a la corrupci�n y luego la desigualdad social, lo que preocupaba mucho, pues acabar con esos dos problemas es una tarea tit�nica y la violencia asociada con la delincuencia no puede esperar.
Luego la pandemia ocup� todos los reflectores y est�bamos dedicados a combatirla. Nuevamente la seguridad quedaba traspapelada, a pesar de que los niveles de violencia crecieron de forma espectacular en los a�os que lleva al frente del pa�s el morenista.
Sin embargo, desde la discusi�n de la militarizaci�n de la Guardia Nacional en el Congreso, el discurso ha cambiado y ahora dice que la delincuencia es la prioridad.
Ahora, lo que esperamos es que nos est� diciendo la verdad y realmente le dedique toda la fuerza necesaria a este asunto, dado que lo requiere.
Lo cierto es que lo que va del sexenio las cosas han sido graves y van de mal en peor en este tema.
La violencia escala, ha recuperado espacio, fuerza, potencia y hasta territorio.
Las preocupaciones de los ciudadanos no son menores y el presidente no puede ya soslayarlas, porque quedar�a peor que sus antecesores.