En los años recientes, durante al menos una década, en el Congreso local, los datos señalaban que la mayoría de las iniciativas discutidas y aprobadas provenían del Poder Ejecutivo, no del Legislativo.
Ya en el sexenio del ex gobernador Eruviel Ávila la cosa rayaba en el ridículo de que los diputados desconocían los detalles de las propuesta de reforma o de ley que probaban, aunque fueran de la bancada priísta o de la Comisión encargada del tema en cuestión.
En ese contexto, el hecho de que hoy en día la legislatura mexiquense haya retomado su labor y esté legislando de nuevo es una gran noticia.
Sin embargo, hay mucho que recuperar y entre otras cosas, hay que destacar la urgente necesidad de que los diputados de todas las bancadas estén mucho mejor preparados para el debate, el análisis y la discusión.
Hoy en día, es imprescindible que ese poder tenga la capacidad de ser contrapeso del Ejecutivo, sin avasallar por la fuerza de la mayoría, pero con la posibilidad verdadera de defender los intereses del pueblo desde el argumento razonado.
En Salud podemos empezar…
Y ya que estamos con los diputados, con esto de la austeridad que tiene a todos medio paranoicos, la cosa está que arde en todas las áreas de gobierno y pareciera que no hay ni por donde empezar a recortar gastos.
Lo cierto es que esperamos que el presupuesto del año que viene pueda hacerse en condiciones razonables que permitan un ahorro significativo en áreas donde los excesos han sido permanentes, para que esos recursos sean derivados a los sectores que los requieren con urgencia, para que sirvan al beneficio de la gente.
La cosa es que los recortes presupuestales no pueden hacerse a ciegas, sin un análisis de por medio y eso requiere tiempo, cosa que no tenemos.
En todo caso, las verdades deben salir a flote para que los recursos puedan organizarse con bases reales y, de paso, haya por fin consecuencias para quienes han sido irresponsables, por decir lo menos.
El sector salud del Estado de México es un excelente espacio para empezar, si lo que se desea es verdaderamente poner orden para que todo funcione mejor.
El gobierno de Alfredo del Mazo ha conseguido subsanar el desorden que heredó y es de reconocerse.