Finalmente, ayer Morena registró la alianza en la que irá con PVEM y PT. El modelo que eligieron fue distinto al que utilizaron los de PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, pues se decidieron por una candidatura común.
Las diferencias son sustanciales, pero lo que más llama la atención es lo relativo al reparto de los recursos públicos que son asignados a los partidos.
Verá usted, en el modelo adoptado por la coalición Va por el Estado de México, liderada por el tricolor, cada partido obtiene su propia votación y esta se suma para ser asignada al candidato de los tres.
Así, el global de los votos beneficia en la suma al candidato de coalición, pero en lo individual cada fuerza política cuenta con sus propios votos para efecto de mantener el registro y obtener recursos públicos para el año siguiente.
En cambio, en el modelo adoptado por Morena y sus aliados, el partido mayoritario “reparte” sus votos entre sus compañeros de fórmula, lo que implica que sin importar cuántos sufragios obtenga cada uno de ellos, mantendrán el registro y tendrán a su disposición más dinero público del que le correspondería de manera independiente.
Así pues, no tienen que preocuparse por esforzarse para mantener el registro, ni mucho menos por el dinero. Básicamente, lo que plantean es que Morena les pagaría con votos y dinero público.
Además, estos partidos que acompañarán a Morena, registraron más de una opción de fórmula. En la primera refieren que con los primeros nueve puntos de la votación a cada instituto político le tocará el 3% y otra más que si logran 41 puntos de votación a Morena le corresponderá 73.5% de los votos totales, al Partido Verde 16.25% y Partido del Trabajo el 10.25%.
Esos niveles de votación nunca los alcanzaron por sí mismos el Verde ni el PT, y recordemos que, para efecto de financiamiento público, los votos se transforman en dinero. Así pues, Morena estaría pagando con dinero público el apoyo de sus compañeros de fórmula, sin importar cuántos votos consigan por sí mismos.
Lo interesante es que esta fórmula ya la intentó antes el tricolor con el Verde y ante la queja de los otros partidos de oposición, los tribunales lo echaron abajo por considerarlo ilegal. Parece que aprendieron la lección, pero los de enfrente no, ni tampoco los integrantes del Consejo del IEEM, que autorizaron una fórmula ilegal e inequitativa.
Ahora la decisión se irá a los tribunales y ahí veremos en qué termina esta truculenta historia, de ambición, poder y dinero.
Sin embargo, seguro escucharemos eternamente las quejas de Morena, que sabe bien jugar a la víctima.