Este lunes, Delfina Gómez no tuvo actividad pública, y en su equipo de campaña promovieron uno de sus eventos del fin de semana.
Hace bien la candidata de Morena en descansar de la gira al menos un día a la semana, porque la campaña va a ser muy intensa.
Mientras tanto, Alejandra del Moral, la precandidata tricolor, se reunió con los diputados federales del Estado de México de su partido -y uno que otro invitado como Enrique Vargas-.
A pregunta expresa, dijo que ojalá Delfina Gómez participe en todos los debates previos a la elección.
Lo cierto es que pese a los ataques que a diario lanzan en su contra del otro lado, no se achica y no se enoja.
Veremos si consigue mantener la calma en la campaña, será una dura prueba, porque esto apenas empieza.
La comodidad de las calles
Entre la crisis por la pandemia y el bajo nivel de crecimiento de nuestro país que ya veníamos arrastrando, se multiplican en las calles escenas de personas que viven del trabajo en ellas.
En el valle de Toluca y el de México, es notorio un aumento importante de este fenómeno, de manera que cada vez más se vuelve común ver limpia parabrisas o pedigüeños en las esquinas y los semáforos.
Autoridades, especialistas y ONGs suelen señalar que cuando les damos dinero a las personas que viven de pedir ayuda en las calles, los atamos más a esa condición.
Se supone que estas personas suelen vivir en esas condiciones por decisión propia, pues aún cuando se les ofrecen oportunidades de un empleo formal, las rechazan.
En este paradigma oficial el argumento central es la necesidad de dignificar las condiciones de vida de quienes viven de las calles, pero el problema es que no han considerado que esa opción los lleva a otra peor, que es no tener dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias.
En este sentido, no debería ser sencillo concluir que se trata de una elección por una vida fácil, pues las circunstancias que prevalecen en las calles para estas personas tienen de todo, menos comodidad.