Ayer Delfina Gómez sufrió un revés importante. Y es que la base de su campaña ha sido impulsar los muy buenos resultados obtenidos en diversas encuestas, que su partido y equipo de campaña se han encargado de difundir y repetir como un mantra, como si a base de decirlo uno y otra vez consiguieran que se vuelva real.
La cosa es que buena parte de esos ejercicios no están fundamentados, al menos no nos han dado los datos que las sustenten, junto con los resultados.
Así las cosas, el equipo de la Alianza Va por el Estado de México, consiguió llevar a las autoridades electorales una queja por este asunto y que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenara al tribunal electoral local verificar que las encuestas estén bien hechas y sustentadas, conforme a la normatividad aplicable.
Ahora, el tribunal local deberá revisar estos ejercicios de opinión y determinar si son o no válidos, al igual que sus resultados.
Habrá necesidad de esperar a que el tribunal determine la validez o no de esas encuestas, pero, por lo pronto, ya hay una sombra de duda sobre ellas.
La realidad es que en Morena le dieron a estas encuestas un peso excesivo, cuando aún no era tiempo, así que era de esperarse que podrían sufrir un revés. Veremos qué arroja el estudio del tribunal al respecto.
Militarizar
Y mientras, está a discusión otro asunto interesante. Y es que la maestra Delfina y su gente de campaña se han basado en buena medida en el lopezobradorismo para obtener popularidad y aceptación.
Baste ver como su propaganda y discursos insisten en que ella es la favorita de “ya saben quién”, que la ha acompañado como una sombra en su campaña.
Así las cosas, a veces se les va la mano a ella y sus asesores de campaña y ahora se han excedido con el tema de militarizar la seguridad en el Estado de México.
Primero, olvidan que un gobierno estatal no puede echar mano de los cuerpos castrenses federales.
Tendrían que venir por orden del Ejecutivo Federal, lo que implicaría pasar por encima del gobierno local.
Si lo que pretende es imponer un jefe ex militar en un cuerpo de seguridad civil, enfrentará los graves problemas de la Guardia Nacional, que no avanza porque los soldados -forzados a ser guardias nacionales- no están felices y no se adaptan a la vida no militar.
Han terminado por generar un desastre, en el que ni los federales pueden hacer lo que saben ni los soldados están felices fuera de sus cuarteles.
Ojalá que Delfina Gómez lo piense bien y revise su plan, porque ese no es un tema menor con el que se puedan hacer propuestas superficiales, solo por quedar bien.