Tenemos gobernadora
Se llegó la hora finalmente y la gobernadora Delfina Gómez rindió protesta. A partir de mañana será ella la responsable de los destinos del gran Estado de México.
No es poca cosa, ni un reto cualquiera. Nuestra tierra guarda grandes sorpresas que aún la gobernadora no vislumbra y, sin embargo, le dio al clavo en al menos un par de los asuntos más importantes: corrupción y desigualdad.
Ya con eso tendría para entretenerse seis años, pero lo cierto es que hay muchos más pendientes, ella misma los mencionó, y uno de los más preocupantes es la inseguridad.
Ese es un tema que lacera a todos, ricos y pobres, trabajadores y empresarios, de familias acomodadas o de clase media y trabajadora.
Mucha energía deberá destinar al tema, más de la que le aplicaron sus antecesores, y fue bastante.
Así pues, hay mucho que resolver, en temas como transporte público, el sector económico, caminos y carreteras, el agua y más.
Sin embargo, hay mucho también que vale la pena preservar y otros a los que sería necesario darles continuidad.
Ya hablaron del gobierno digital y ese es un tema fundamental, en el que mucho se trabajó en la administración pasada. Sin embargo, se debe pensar en el acceso a internet del lado de los usuarios.
Por lo demás, poner ahínco en el trabajo con y por las mujeres es primordial. Quien sabe si el Salario Rosa solo cambiará de nombre o tendrá otras modificaciones, pero claramente es un programa que las y los mexiquenses ya han hecho suyo. Pero además, todo el trabajo institucional en torno a ellas, desde todas las perspectivas, vale la pena no dejarlo de lado. La propia gobernadora lo señaló.
En fin, que falta mucho por hacer y otro tanto por reforzar. Ya veremos como los mexiquenses enfrentamos esta nueva etapa y cómo nos afectan los vientos de cambio.
Mensajes
En tanto. Llamó la atención la forma en que el presidente López Obrador dió el espaldsrazo al ex mandatario estatal Alfredo del Mazo. Lo llenó de elogios, lo llamó demócrata y lo comparó con Enrique Peña, un elemento de la transformación, un valiente.
Eso sí, luego de que la nueva gobernadora dijo que era hora de acabar con un sistema corrupto de décadas y el abandono institucional de los que menos tienen, nada halagüeño para un del Mazo que se desdibujaba entre los señalamientos solapados y los apapachos del presidente de la 4T.
Con toda la tromba de críticas y señalamientos que le han caído desde su partido y fuera de él, los elogios del presidente parecieron afrentas.
Con ellos, los integrantes y líderes de los partidos sumados en la Alianza encontraron un nuevo sustento para las fallas de todos.
Al final, el futuro de del Mazo es tan incierto como el del priísmo, solo que él no tiene que preocuparse por el sustento de su familia.
Martha González Aguilera