El reto de Morena
Martha Gonz�lez�
El presidente de la Rep�blica, Andr�s Manuel L�pez Obrador ha dicho una y otra vez que no piensa intervenir en la vida interna de su partido, lo que se pondr� a prueba en breve, dado que por fin Moreno defini� las fechas para el tercer Congreso Nacional Ordinario, en el que har� una importante reforma estatutaria y elegir�n �por primera vez- l�der nacional.
Es costumbre que los presidentes sean considerados los l�deres principales de los partidos de los que emanan y que las fuerzas pol�ticas sean un apoyo para su presidente. Al menos as� lo hizo el PRI durante d�cadas y le funcion�, para mantener el orden pol�tico.
Les ayud� adem�s a mantener cerca el liderazgo de las bancadas en el Congreso de la Uni�n y en los estados, a trav�s de los gobernadores, a quienes ellos mismos candidateaban.
Era una relaci�n simbi�tica en la que la cabeza era el presidente y palomeaba listas hasta de las candidaturas locales �municipios y legislaturas estatales-.
Para eso, necesitaban tener de su lado al presidente de su partido, que operaba como una especie de brazo del gran l�der. As�, todos llevaban la fiesta en paz y hab�a una sola direcci�n hacia donde todos caminaban.
El fuerte sentido institucional que caracteriza a los tricolores facilitaba que aquello funcionara, porque todos obedec�an sin cuestionar.
El problema es que cuando la cabeza pierde el rumbo, sus cercanos son los que gobiernan y todos caminan al vac�o y se llevan al pa�s entero ente los pies. Ya lo -vivimos.
Tambi�n ya hemos visto con los panistas lo que ocurre cuando el presidente no tiene el apoyo de su partido y tiene que batallar a cada paso con sus correligionarios como sus principales adversarios.
En el Congreso las iniciativas del presidente no prosperan, los proyectos se frenan por todos lados y nada funci�n bien, es el extremo contrario, que tampoco ofreci� los mejores resultados.
L�pez Obrador, aunque no le guste recordarlo, proviene de la tradici�n pri�sta, donde naci� su carrera pol�tica, luego transit� al PRD, cuando este partido fue creado con la corriente mas cr�tica del tricolor de aquella �poca y, finalmente, cre� su propia fuerza pol�tica, a la medida de sus intereses y necesidades.
Morena no es siquiera un partido pol�tico en forma, sino un movimiento que naci� de manera espec�fica para llevar a L�pez Obrador a la presidencia. �l es Morena.
El objetivo ya fue conseguido y ahora el reto es convertir a Morena en un partido pol�tico con independencia, controles internos claros, estructura y vida propia. De ah� la necesidad de una reforma estatutaria.
Hoy, Morena necesita transformarse para sobrevivir y para ser el apoyo que el presidente necesita en los siguientes a�os de gobierno.
El primer paso es enfrentar la democracia interna sin que se reviente la unidad por las pugnas entre grupos por el poder. Las intenciones del presidente, al menos lo que �l dice, son que Morena no caiga en las tentaciones del poder, pero puede ser que no todos sus compa�eros y seguidores piensen igual. Saben el enorme poder que significa hoy en d�a ser l�der de esa fuerza pol�tica y la van a pelear con todo el entusiasmo.
As� las cosas, lo interesante ser� ver si L�pez Obrador consigue ser mediador sin imponer su voluntad. La moneda est� en el aire.