El cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo; cada año son diagnosticados aproximadamente 280,000 niños de entre 0 y 19 años. En América Latina y el Caribe, se estima que al menos 29,000 niñas, niños y adolescentes menores de 19 años resultarán afectados por el cáncer anualmente, de los cuales aproximadamente 10,000 fallecerán a causa de esta enfermedad.
De acuerdo con el IMSS, en el país los tipos de cáncer más comunes en niños y adolescentes son las leucemias, los tumores del sistema nervioso central y los linfomas
Por otra parte, la sobrevivencia de los pacientes con cáncer infantil en México está en 58%, mientras que en naciones como Canadá o Estados Unidos las tasas son del 80%, por lo que grupos internacionales impulsan los tratamientos que mejoren las opciones para los pacientes y dignificar tratamientos como un servicio universal de salud.
En el marco de la Iniciativa Global para el Cáncer Infantil (GICC) de la Organización Mundial de la Salud, se incluyó en la Agenda de la ONU 2030, la lucha contra el cáncer infantil con el objetivo de reducir el sufrimiento de niños y niñas con cáncer, a fin de lograr una tasa de supervivencia de al menos el 60% para ese año.
Infortunadamente no es posible prevenir el cáncer en los niños, por lo que la estrategia más eficaz para reducir la carga de morbilidad y mejorar la evolución clínica, es realizar un diagnóstico oportuno y correcto, así como proporcionarles un tratamiento eficaz con acciones de apoyo personalizado.
Actualmente, en el Estado de México y muchos Estados del País, el sector salud sigue sin atender el desabasto de medicamentos, tratamientos, y atención hospitalaria de niños con cáncer, incrementando la inconformidad y una enorme preocupación por parte de los familiares de los pacientes desatendidos, quedando evidenciada la falta de coordinación del Sector Salud con la SHCP, al emitir pronunciamientos de “insuficiencia presupuestaria” y no reconocer su falta de sensibilidad e incompetencia para atender este grave problema de salud.
Ante este escenario y siendo testigos del dolor de las familias al ver a sus hijos en estas condiciones, el día de hoy reflexionamos sobre ¿qué podemos hacer como sociedad ante la falta de apoyo por parte de los gobiernos? ¿Cómo ayudar a estos pequeños a mejorar su calidad de vida?
En primera instancia, hay que tomar en consideración que atender a un niño o un paciente con cáncer va más allá de la quimioterapia o la radioterapia, pues es necesario contar con los medicamentos necesarios que son muy costosos y disponibilidad en los hospitales, con los que no se cuentan; por lo que las Organizaciones de la Sociedad Civil “serias y confiables” que enfocan sus apoyos a esta problemática de salud, resultan de gran ayuda para aportar los insumos, que casi nunca cubren los hospitales; apoyando a las familias con pacientes con cáncer, y desde luego, sumando esfuerzos con los Gobiernos, en una responsabilidad de su competencia.
Vale la pena precisar a este respecto, que es de suma importancia, que se vigile y exijan cuentas y transparencia del uso de las aportaciones obtenidas a muchas organizaciones no gubernamentales donatarias que “lucran con la bandera de ayuda a niños con cáncer”, y que lamentablemente al no transparentar estos recursos, generan desconfianza en la sociedad.
Asimismo, es indispensable aumentar el número de profesionales de la salud con experiencia en todas las disciplinas del control del cáncer, y otorgar oportunidades de capacitación y becas para permitir que los profesionales estudien en entornos especializados.
Por otra parte, es urgente implementar estrategias de cuidado de sobrevivencia, que requieren de recursos humanos, financieros y materiales, y que son esenciales para el manejo de efectos físicos, efectos psicológicos, condiciones médicas crónicas, promoción de la prevención y salud, y seguimiento y monitoreo cercano de los pacientes.
Por ello, los invitamos a reflexionar sobre la importancia de que -ante gobiernos totalmente ineficientes, incapaces e insensibles (de todos los colores políticos)-, podamos contribuir desde nuestras responsabilidades sociales, no sólo con recursos económicos y materiales, si es posible, sino también sumando esfuerzos para ofrecerles parte de nuestro tiempo para convivir con ellos, ofrecerles gratuitamente nuestros servicios profesionales o alguna orientación que les pueda mejorar sus condiciones de vida a estos seres maravillosos llenos de ilusiones y esperanzas y a sus familias.
@Caritina Saénz
caritinasaenzvargas@hotmail.com