Antonio Espinoza
Conoc� a �scar Guzm�n Vallejo (Ciudad de M�xico, 1980) en octubre de 2018, con motivo de su exposici�n: �I-marginal�, en el Centro Pluricultural, en Ciudad Nezahualc�yotl, Estado de M�xico. Aquella exposici�n, integrada por 25 pinturas, fue mi primer enfrentamiento con su obra. Apenas concluida la muestra, el pintor particip� en otra, una colectiva curada por Carlos Jaurena y que con el t�tulo de Derecho propio, fue inaugurada el 30 de noviembre de 2018 en la Casa de la Cultura de Celaya, Guanajuato. Ah� comparti� el espacio de exhibici�n con otros siete pintores y particip� con tres de los cuadros de su muestra individual del Centro Pluricultural. Coincidimos en Celaya, pudimos convivir un rato e intercambiar impresiones. Tres a�os despu�s, nos hemos vuelto a ver, ahora con motivo de su m�s reciente exposici�n, abierta en la Galer�a RAB 63, ubicada en el Centro Cultural Chopo (Enrique Gonz�lez Mart�nez 63. Col. Santa Mar�a la Ribera).
Fue el pasado 16 de febrero que �scar Guzm�n Vallejo y yo nos vimos en la Galer�a RAB 63 para ver juntos su exposici�n: Visceral, y platicar al respecto. La exposici�n est� conformada por 16 obras, parte de la producci�n del autor de 2017 a la fecha. Mi idea es platicar en la galer�a con Vallejoskar (tal es su nombre art�stico), para posteriormente, en alg�n lugar cercano y con un caf� de por medio, entrevistarlo y grabar sus palabras con el fin de reproducirlas en este texto. Con esto en mente, salimos de la galer�a y nos dirigimos al Sanborns de Buenavista, donde entablamos un di�logo sobre arte y pol�tica, tan fluido y respetuoso (algo no muy com�n en el M�xico polarizado de nuestro tiempo) que finalmente decid� no grabar nada y dejar que las palabras fueran de un lado al otro para armar mentalmente un retrato de su ser humano creativo: sus a�os de vida en Ciudad Nezahualc�yotl, sus estudios en el CCH Vallejo (donde imparte clases de pintura y dibujo), su militancia en distintas agrupaciones de izquierda, su paso m�s bien ef�mero por la ENAP y la Academia de San Carlos �su formaci�n es pr�cticamente autodidacta-, su admiraci�n por los grandes maestros expresionistas (Goya, Ensor, Dix, Nolde, Orozco), su idea del arte como un instrumento para expresar su inconformidad con el mundo, su preocupaci�n por el rumbo del pa�s y su postura cr�tica frente al actual gobierno.
Un pintor que piensa como �scar Guzm�n Vallejo s�lo podr�a pintar lo que �l pinta. A la entrada del Centro Cultural Chopo, antes del ingreso a la galer�a, se encuentra el cuadro Volver� y ser� millones (acr�lico sobre tela, 2021), con el que inicia la exposici�n. El cuadro lleva el t�tulo de la frase c�lebre que se le atribuye a T�pac Amaru II, el caudillo ind�gena hispano-peruano que se rebel� contra la corona espa�ola en 1780 y pag� con su vida su rebeld�a. Para pintar el cuadro, Vallejo se apropi� de una imagen de Ernesto Che Guevara, no la imagen del guerrillero heroico que inmortaliz� Alberto D�az Korda, sino la imagen terrible del cad�ver del guerrillero ejecutado en La Higuera, Bolivia, el 9 de octubre de 1967. Inspir�ndose en el Cristo de Mantegna, el pintor imagina al Che Guevara acostado sobre la plancha mortuoria como una figura sacralizada, con una aureola en la cabeza: un santo revolucionario al que se le puede rendir culto.
El cuadro del Che Guevara anuncia la exposici�n de �scar Guzm�n Vallejo, cuyo discurso se revela plenamente dentro de la galer�a. El pintor expresionista se presenta con toda su fuerza, con su escepticismo y sus preocupaciones pol�ticas y sociales. Con pinceladas violentas, colores sucios y figuras deliberadamente deformadas y grotescas que intensifican el car�cter pesimista de su discurso, Vallejo nos ofrece, de un lado, su imaginario de bestias y v�rgenes marginales y, del otro, la realidad hiriente de nuestro pa�s por la pobreza, la desigualdad y la violencia del narcotr�fico. Aqu� conviven, en un mismo escenario, personajes reales e imaginarios con perros y hasta un gato y dos p�jaros muertos. Varios cuadros llaman poderosamente la atenci�n. En uno de ellos (Volver a ser, �leo sobre tela, 2021), vemos a un ni�o desnudo, al que est�n ba�ando, parado sobre un lavadero, en el patio de una casa. Se trata del ni�o �scar, retratado por su padre, en su casa de Ciudad Nezahualc�yotl, donde vivi� muchos a�os. Vallejo pint� el cuadro a partir de la foto para autorretratarse como el ni�o que, de acuerdo con el nombre de la obra, quisiera volver a ser.
Jala la mirada el cuadro: Salom� (�leo sobre tela, 2017), versi�n pat�ticamente expresionista de la princesa jud�a que provoc� la muerte del Bautista. Desnuda, con una sonrisa burlona y grotesca, mostrando imp�dicamente su sexo, la mujer muestra triunfante la cabeza del santo que fue decapitado por su culpa. Frente a este cuadro hay otro: Volver a verte o la ignominia en una bolsa de basura (�leo sobre tela, 2022), no tan grotesco como el anterior pero s� muy enigm�tico. Aqu� una mujer desnuda, sentada en un banco, mira fijamente al espectador. A su lado, se encuentra una bolsa negra, de las que usamos para la basura. La pregunta es obligada: �qu� hay dentro de la bolsa? Bien podemos imaginar que lo ignominioso es un cuerpo desmembrado. Y con este nivel de sospecha, podemos pensar que la Virgen sucia (�leo sobre tela, 2019), parada sobre toneladas de basura, tambi�n est� parada sobre uno que otro cad�ver, y que la Virgen marginal (�leo sobre tela, 2018), igualmente gorda y sucia (cubierta adem�s de tatuajes y parada en el centro de una pared infestada de graffitis), conoce bien ese tiradero.
El cuadro que se lleva las palmas por su crudeza es La vida no vale nada (�leo sobre tela, 2021). La obra nos presenta una imagen brutal: seis cad�veres colgados de un puente en alg�n lugar del norte de M�xico, seguramente Tamaulipas. La imagen brutal nos confronta con la realidad terrible de nuestro tiempo: la violencia del narcotr�fico que ha empapado de sangre nuestra vida cotidiana. Para realizar esta obra, Vallejo se apropi� de una fotograf�a period�stica que retrata el paisaje urbano con el puente y los cuerpos colgantes, tom� una frase de una c�lebre canci�n de Jos� Alfredo Jim�nez para ponerle t�tulo y tom� prestado un perro de Martha Pacheco, la pintora de Guadalajara fallecida en noviembre pasado. El perro solitario est� parado sobre una mancha roja que simboliza la sangre, pero su actitud indiferente ante la muerte violenta, parece una cr�tica a la sociedad mexicana. Quiz� sea por eso que en otro cuadro, en el que vemos a varios perros callejeros, el pintor escribe en un puesto de peri�dicos abandonado la frase: �NO HAY FUTURO�. Tal es el t�tulo del cuadro que de manera contundente da sentido al discurso pesimista de nuestro pintor expresionista: No hay futuro (�leo sobre tela, 2020).