Martha Gonz�lez Aguilera�
Algunos municipios del Estado de M�xico trabajan ya en las instalaciones que albergar�n a la Guardia Nacional, mientras que en otros apenas se est�n firmando los convenios para el uso de los predios.
Lo cierto es que en todos lados urge ya la llegada de esta corporaci�n en la que el gobierno federal parece cimentar la estrategia de seguridad, mientras que la gente pone en ellos su esperanza.
Este fin de semana nuevamente recorrieron las redes sociales los videos de un c�rtel del narcotr�fico que amenaza con llegar a limpiar el sur mexiquense de sus contrincantes de otro c�rtel, mientras las autoridades callan sin m�s.
Sin embargo, hasta en estas condiciones la gente piensa que la llegada de la Guardia Nacional ser�a la soluci�n.
Este es un fen�meno que debemos reconocer, pues si bien es cierto que la Polic�a Federal, el Ej�rcito y la Marina, no estaban tan mal calificados en cuanto a credibilidad en los a�os recientes, lo cierto es que su presencia generaba siempre cierta reticencia.
Es verdaderamente notable que los ciudadanos se sientan entusiasmados con la presencia de un cuerpo policial.
Ya en pasadas ocasiones vimos que en otros municipios las personas reaccionaban igual, incluso tom�ndose fotos con ellos y mandando a los ni�os a darles la mano.
Ahora lo importante es que en efecto la Guardia Nacional de los resultados que tanto promete el presidente Andr�s Manuel L�pez Obrador, para consolidar este cuerpo policial y, con ello, mejorar las condiciones de seguridad para todos, que es urgente.
En el Estado de M�xico, a pesar de que el gobierno de Alfredo del Mazo aplic� el a�o pasado un presupuesto mayor a la seguridad que en a�os anteriores, lo cierto es que la situaci�n es grave.
Nuevamente enfrenta la entidad los primeros lugares en delincuencia, robo, violaciones y homicidio.
Es claro que la estrategia de Maribel Cervantes no est� dando los resultados esperados, pues en lugar de disminuir la inseguridad, aumenta.
En muchas regiones los ciudadanos se quejan del crecimiento de presencia de delincuencia organizada, que se refleja en secuestros, levantones, cobro de derecho de piso y ejecuciones.
Lugares donde antes la gente viv�a en calma, hoy est�n sumidos en la desesperaci�n y el temor.
Los nuevos gobiernos municipales no han dado el ancho, ya no existe el mando �nico y hoy pareciera que la esperanza de todos es la Guardia Nacional.