La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), informó que los datos de prueba con los que se cuenta hasta este momento, entre ellos técnicas de investigación de cateo, no permiten establecer que la agresión contra el convoy en el que se trasladaba el fiscal general, José Luis Cervantes Martínez, fue una acción consciente o dirigida.
Fue el jueves a las 16:45 horas cuando el convoy compuesto por dos camionetas, en las cuales viajaban el fiscal general y siete elementos de seguridad, así como una motocicleta tripulada por dos elementos de reacción, fue objeto de agresión cuando circulaban de Toluca a la Ciudad de México.
Detalló que el convoy, fue interceptado por un particular, identificado como Juan Carlos “N”, que conducía un vehículo Jeep, Grand Cherokee 2011 negro, con vidrios oscuros y placas del EdoMéx. Se estableció que inició un seguimiento cercano y continuo en el mismo carril del convoy oficial, desde Ocoyoacac hasta adelante de la bifurcación de la caseta de cobro hacia CdMx y La Venta-Naucalpan.
Al inicio de la agresión, el vehículo escolta que circulaba entre la camioneta del fiscal y la motocicleta, fue objeto de acercamientos peligrosos, por lo que los elementos de seguridad realizaron comandos verbales y físicos para alejarlo y que desistiera.
Sin embargo, continuó con acercamientos laterales y a muy alta velocidad para desestabilizar la unidad oficial y el propósito de impactar el vehículo oficial contra la valla de seguridad que colinda con el vacío, justo cuando transitaban sobre un puente vehicular, comprometiendo la vida o la integridad física de sus tripulantes.
“El artillero del binomio que tripulaba la motocicleta, detonó su arma de cargo en contra de los neumáticos del vehículo agresor, a fin de inhabilitarlo. La agresión no cesó, sino que se intensificó”.
Dos de los escoltas advirtieron que el agresor exhibió un arma de fuego recortada de alto poder, por lo que la escolta principal abrió fuego contra el tren motor del vehículo agresor.
En la bifurcación posterior a la salida de un túnel cercano, el agresor fue interceptado y rodeado. Los tripulantes de los vehículos oficiales descendieron y lo conminaron a detenerse y abandonar el vehículo. El sujeto realizó acciones evasivas que pusieron en riesgo al personal por lo que realizaron detonaciones a la parrilla, motor y llantas posteriores para impedir que se evadiera.
Julio César “N” fue puesto a disposición del Agente del MP de la Fiscalía de Asuntos Especiales, donde se le asignó defensor público y aun cuando se dio intervención a peritos para su certificación psicofísica y de lesiones, se negó a proporcionar las muestras necesarias. Los peritos en medicina forense advirtieron indicadores clínicos de aparente estado de intoxicación.
Se solicitó intervención de peritos en psiquiatría a efecto de identificar alguna posible afectación clínica que arroje otros indicios que expliquen los motivos de su acción.
En el interior del vehículo del agresor se encontró un arma de fuego tipo fusil, tres cartuchos útiles y tres casquillos percutidos de calibre 7.62 x 39, una chamarra táctica, una cangurera con bolsas con presuntos narcóticos, credenciales algunas aparentemente apócrifas con logotipos oficiales, una manopla de metal tipo boxer, una botella de bebida alcohólica, un arma corto contundente y artículos presuntamente relacionados con prácticas rituales.
La FGJEM abundó que en la unidad oficial se identificaron tres orificios de entrada y salida presuntamente producidos por arma de fuego cuyo origen y calibre aún no se ha determinado.
El escolta lesionado por esquirlas a la altura de la ingle ya fue dado de alta.
Karina Villanueva