En el corredor cultural ubicado en el acceso principal a la Base Aérea No.1 de Santa Lucía y al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), no solo se pueden encontrar aviones, también otros transportes blindados, una de las primeras bestias de acero para el transporte presidencial, ahora en condición de museo; el Tren Olivo que uso por primera vez Plutarco Elías Calles y transportó a otros gobernantes del México post revolucionario, puede ser visitado.
En este sitio del campo militar se puede tomar una postal con escenografía al aíre libre, que ofrece una vista a la antigua estación de ferrocarril de Santa Lucia, donde los visitantes pueden ingresar a su interior y conocer una historia que se cuenta sola, apoyada por retratos de la época que hilan acontecimientos.
Según los retablos, el Presidente Plutarco Elías Calles ordenó en 1925 la construcción de esta mole de hierro a una empresa de Chicago, pero fue hasta 1927 que llegó a México convertida en una segunda residencia presidencial, considerado el segundo más lujosa del mundo, solo superado por el tren papal.
En este pasaje histórico a bordo de del Tren Olivo, se aprecian estatutos, decretos, leyes y acuerdos que cambiaron la historia y que fueron discutidos en el interior de los vagones con diseños exquisitos desde la alcoba presidencial, hasta la oficina con servicio telefónico y sistema de telegrafía, una plataforma observatorio de gran amplitud, el salón azul, el comedor con capacidad para 14 personas, 16 camarotes, un vagón para equipaje y garaje para 6 carros.
La bestia de acero permanece estática, pero eso no impide que se perciba el olor a historia que pasa justo frente a nuestros ojos, o al tener contacto con el forro interior hecho de maderas preciosas extraídas de las selvas de Tabasco, acompañadas de terciopelos, bronces y sedas, que decoran cada espacio del tren, mientras desde el exterior se aprecia el escudo y la leyenda Tren Presidencial.
Datos indican que recorrió miles de kilómetros durante 43 años, el ferrocarril costó 475 mil dólares, operó con 10 presidentes, entre ellos Lázaro Cárdenas quien sobrevivió a un atentado en 1929, le realizó la primera restructuración el presidente Manuel Ávila Camacho en 1941 con manos mexicanas y la ultima en 2013.
El museo se localiza junto a las unidades habitacionales, alberga en sus vagones, espacio para que los visitantes disfruten del servicio de cafetería, sala de lectura, biblioteca y cibercafé, en este corredor se encuentra el Museo Militar de la Aviación, en donde se podrán conocer más de 50 aviones en 12 salas de exhibición y 24 galerías.
Acela Montaño