Mientras Max Verstappen luce cómodo e imparable a bordo de su RB19, el mexicano Sergio Pérez debió atravesar por un insufrible proceso en el que su labor fue puesta en entredicho en Red Bull, especialmente en esa etapa en la que no fue capaz de avanzar a la Q3 durante cinco carreras consecutivas, situación que se tiene claro a qué se debió.
A inicios de la temporada, el piloto mexicano fue capaz de competir de cerca con Verstappen e incluso de ganarle en los Grandes Premios de Arabia Saudita y Azerbaiyán, pero a partir del Gran Premio de España, en la séptima fecha, su rendimiento se vino abajo, no sólo para que se rompiera su sueño de competir por el título, sino también para que las críticas se volcaran en su contra.
Pasada la mala racha, ya con tres semanas de vuelta en la lucha por los primeros puestos, el mexicano ofreció una extensa charla a Auto Motor und Sport en la cual detalló el porqué de esa caída, la cual obedeció, según sus declaraciones, a la necesidad de Red Bull de tener autos más veloces para encarar la temporada, avance que lo llevó a replantear su conducción, pero sin ser el único tema que influyó.