Chintete es un lagarto proveniente de tierra caliente de tono multicolor; agraciado, mágico y divertido; cualidades suficientes para entretener a niños y adultos por igual. Su forma se ha tallado en madera; su color y movimiento le dan vida a ese pequeño objeto, el chintete se convierte en un juguete que, a lo largo del tiempo, ha recorrido distancias, tiempo y tempestad modernista.
Chintete, también, es el nombre de un proyecto que sigue preservando, innovando y recuperando, el sentido humano y trascendental del juego y el juguete, pese a la adversidad, no sólo del olvido y el consumismo, sino también, por la falta de apoyos para impulsar a artistas y artesanos en nuestro país.
El viaje de chintetes inició hace aproximadamente 30 años, llegando a la Ciudad de México y adaptándose a los quehaceres y transformación de esta gran ciudad.
El proyecto de hacedores de juegos y constructores de juguetes; ha forjado el interés de crear proyectos cada vez más importantes, aprovechando su trabajo como investigadores, actuarios, docentes y promotores, ha permitido integrar de diversas maneras el tema del juego; aplicándolo a terapias, investigaciones, formación profesional, y, también, a cuestiones de trabajo espiritual.
Carlos Rojas, Ricardo Rojas y Mónica Barba, crearon el proyecto familiar que tiene como base la investigación, tanto en campo; a través del rescate y reconstrucción de juguetes, como en el ámbito documental, dejando registro de su trabajo y trayectoria.
Inician como facilitadores en el programa Alas y Raíces, y el nombre chintete, proviene de un lagarto y también, del juguete netamente mexicano, popularizado en algunas partes de estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Según investigaciones, es un derivado del náhuatl, aunque en Oaxaca existe un juguete similar nombrado de la misma manera, siendo su origen zapoteco.
No existe mejor forma de tener un juguete que, aprender a elaborarlo tú mismo, se construye con la participación de padres, hijos y familiares, fomentando el rescate de las tradiciones y la creatividad.
El juego es fundamental en la vida de los individuos, siendo la infancia, el instante en que, quedan mucho más marcadas las experiencias del juego, quizá se deba a la medida espacio-tiempo que existe cuando somos niños.
Como adultos esa medida cambia, sin embargo, sigue existiendo la necesidad de jugar, tal vez la interacción es distinta, pero el juego, es importantísimo para el ser humano y la interacción, e incluso, para desestresarse, reiniciar nuestra mente, desconectarnos del mundo por un instante. Todas las culturas del mundo han vivido con el juego como una forma de acrecentar sus experiencias. Aún con la muerte, el juego sigue presente, así lo reflejan algunas historias precolombinas en su viaje hacia el Mictlán.
Los juguetes de Chintetes
Visitar el stand de venta y exposición de juguetes, nos lleva a recordar tiempos de infancia; al tocarlos y manipularlos, nos transportan a momentos puntuales de nuestra vida: con un vistazo podemos apreciar juguetes como el yoyo, trompo, balero, canicas, el bolillo, pelotas, máscaras de cartón, lanchitas de vapor, chintetes, luchadores, maromeros, caminadores, autómatas, cajas de arena y juguetes de diseño especial.
El movimiento y el sistema autómata es parte de los mecanismos que, utilizan para crear juguetes; magia y movimiento.
A lo largo del año podemos encontrar sus juguetes en el Museo de Culturas Populares, también, en el Museo Diego Rivera Anahuacalli, Museo Casa del Risco, Museo Franz Mayer, Museo de Arte Popular, en la Feria de Calacas en el CENART, en el FONART, en Plaza San Jacinto, San Ángel (todos los sábados), en la Red de Faros, en la UNAM y en la Feria Nacional de la Cultura Rural de la Universidad Autónoma Chapingo.
Con gran entusiasmo y espera, trabajan en desarrollar un canal de divulgación, con la finalidad de exponer y compartir su bagaje cultural y toda la inmensa relación que existe entre el juego, los juguetes y el crecimiento humano.
Contacto
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Marco Polo Hernández