Reconocer la capacidad real del Estado, no significa aceptarla para siempre. Pero… �c�mo revitalizar al Estado? Ofreciendo a los funcionarios p�blicos incentivos para mejorar su rendimiento y al mismo tiempo, manteniendo a raya las posibles arbitrariedades.�
Pero hay que decir -al margen de todo esto-, que el problema de la ineficiencia o corrupci�n cr�nicas, no es exclusivamente de car�cter pol�tico. Hay que hacer referencia, por supuesto, de las burocracias.�
Muchas veces me he dado a la tarea de pensar que los bur�cratas han sido contratados por el Estado, para por un muy peque�o sueldo, mantenerlos en orden y en paz. Seres que pueden o no desatar una revoluci�n, son una maquinaria muy complicada. De las horas que trabajan, hay que se�alar que muy probablemente lo hagan unas dos o tres si se hilaran. Pero por esto, se deben resolver todos los sistemas b�sicos de comportamiento que distorsionan los incentivos y que llevan a resultados insatisfactorios.���
Crear un clima general de responsabilidad necesita mecanismos de control: los �rganos judiciales, legislativos y ejecutivos de Estado, y por supuesto, un gran liderazgo de los hombres que los est�n guiando.� Es importante mencionar que entre m�s grande es la separaci�n de estas tres instancias y una m�s de control como los sindicatos, mayor es el n�mero de arbitrariedades.��
Los gobiernos pueden incrementar su capacidad y eficacia, alentando una competencia mucho mayor en diversas esferas en los procesos de contrataci�n y de ascensos, en la formulaci�n de las pol�ticas y en la forma en que prestan sus servicios.��
Para esto, se puede se�alar que el Estado en muchas ocasiones, goza de un monopolio dentro del sector p�blico, lo que limita por supuesto las presiones para ser eficientes.�
Es importante mencionar aqu� que muchos pa�ses de Am�rica, Asia y Europa en este momento, han introducido mecanismos para poder generar competencias dentro de las telecomunicaciones. Esto ha hecho que se�de�un gran salto a la globalizaci�n.��
El problema en nuestro pa�s, es que el nivel de competencia en este sentido es muy bajo, puesto que los servicios p�blicos en algunas �reas que pueden�o deber�an de ser competitivas, como la energ�a el�ctrica, tienen un atraso de por lo menos cincuenta a�os.� As� que licitar y subastar los servicios p�blicos, es algo que deber�a hacerse urgentemente.��
Se habla hoy en d�a, de la gerencia del sector p�blico. A esto, el Banco Mundial sugiere que se proceda con cautela. Piensa con raz�n�que�al otorgar mayor flexibilidad a los gerentes de este sector, lo que se consigue, es aumentar la arbitrariedad y la corrupci�n, sin que por ning�n motivo se mejoren los resultados.��
Todas las acciones gubernamentales deben tener el sustento hist�rico de su ejecuci�n. Una decisi�n, materializada en una ley general,�propicia reacciones encontradas, porque cae en contextos diferentes. Si a esto se agrega la creaci�n de instituciones poco rentables, y se niega el acceso a las organizaciones no gubernamentales o se les restringe el papel de su actuaci�n, se est� cerrando una puerta en la cual se pueden encontrar soluciones imaginativas, que son la base para lograr el consenso pol�tico.��
Los tiempos actuales, no deben manejarse con pol�ticas pasadas, las cuales se basaban en el caciquismo y la represi�n. Debe dejarse de lado, el sentimiento individual para inmiscuirse m�s en acciones colectivas, las cuales son la base de la sociedad mexicana. Pero desde el punto de vista de la familia, tal como la concibe Anthony Giddens es capturar parte esencial del capitalismo cl�sico.����
O acaso la pol�tica de retomar a grupos de trabajo conocidos como brigadas de solidaridad, empleados por Salinas de Gortari en su mandato fueron en gran parte exitosas por que ven�an de la c�pula dirigente, o en realidad su buen funcionamiento se debido al involucramiento de las comunidades por que se identificaron con esa forma de trabajo, herencia del M�xico prehisp�nico, como el Cuatequil, la faena y el trabajo rec�proco, en el cual hoy se ayuda a uno y ma�ana se paga el favor de la misma manera por que se trabaja para una misma causa, la comunidad. La respuesta a la afirmaci�n es sin duda la segunda, este aspecto fue la clave del �xito de dicha pol�tica, que incluso fue base para recobrar legitimidad.�
Este es el M�xico de hoy.�
Por GILDA MONTA�O�