La sociedad mexicana, a lo largo de su historia ha sufrido diversas transformaciones, algunas de fondo y otras ocasionadas por la clase dirigente. Desde sus inicios, el flamante Estado mexicano tuvo varios proyectos para ser guiado por el camino correcto. Por un lado, el proyecto de la raz�n y por el otro, el que propon�a peque�os cambios. Estas luchas ideol�gicas s�lo dividieron y obstaculizaron la uni�n de una sociedad de por s� ya dispersa por factores geogr�ficos y culturales distintos, as� el grupo triunfador de las luchas, busc� imponer su hegemon�a y trat� a lo largo del tiempo, de darle un sentido de identidad propia a la naci�n.
Muchos de estos intentos terminaron en fracasos, haciendo m�s grande la brecha de las transformaciones y desigualdades.
El fen�meno de las transformaciones sociales no s�lo se regula por el factor tiempo, es decir, a medida que transcurre un determinado lapso, las cosas cambian por ser parte de su naturaleza. La incidencia de lo humano tiene mucho que ver y ejerce un papel determinante para lograr transformaciones m�s radicales, las cuales rompen con esquemas tradicionales; esto se refleja en la direcci�n de la clase en el poder y se demuestra por el desconocimiento en muchos de los casos, que se provoque un ambiente de incertidumbre y desorientaci�n sobre lo que vendr� en el futuro.
Se tiene entonces, que muchas de las transformaciones pueden ser observadas a simple vista, mientras las otras forman parte de un proceso paulatino y progresivo, incapaces de percibirse inmediatamente. Muchos de los factores que provocan cambios radicales son las decisiones pol�ticas: la imposici�n de una determinada ley que haga cambiar h�bitos y costumbres en determinadas regiones. Eso lo tuvimos con el cambio de horario.
O el absurdo existente con la homogeneizaci�n educativa de ense�ar materias poco convincentes en regiones, que de antemano no cuentan con los recursos para desarrollar esa misma actividad con la precisi�n y calidad de otras entidades.
En este tiempo, hemos o�do mil veces sobre la guardia nacional en esta parte de la llamada cuarta transformaci�n de un nuevo r�gimen.
En si el �hombre pol�tico� se alza como uno de los factores principales, de los cambios y transformaciones m�s impactantes, que erosiona paulatinamente las relaciones sociales entre los individuos.
A todo lo anterior se suma el papel de los medios de comunicaci�n que, en una sociedad como la mexicana, determina el rumbo a seguir. Es muy dif�cil que alguien los pueda parar. Aunque traten.
En s�ntesis, la clase dirigente detentora de los medios de producci�n y m�s a�n en estos tiempos de los medios de comunicaci�n masivos, con los cuales es posible generar ideolog�as y moldear modos de comportamiento colectivo para una determinada causa, propicia la erosi�n paulatina del concepto de colectividad o solidaridad comunal de muchas de nuestras poblaciones. Se entender� por solidaridad la definici�n cl�sica del soci�logo franc�s Durkheim, quien dice que en todas las sociedades se desarrollan lazos de uni�n y cohesi�n entre los individuos, que los identifica.
Por GILDA MONTA�O