El conjunto de la parroquia de Santo Domingo de Guzm�n y el convento son parte de la arquitectura colonial de finales del siglo XVI en la regi�n, las primeras incursiones misioneras en Juchitepec como en Chalco fueron por los padres franciscanos, pero el asiento fijo y parroquial correspondi� a los padres dominicos.
En la �poca espiritual se le coloc� el nombre de un santo a cada pueblo, determinando los patronos del lugar, en Juchitepec se nombr� a la parroquia Santo Domingo Xuchitepec, sin embargo, al paso de los a�os se identifica mayormente a la iglesia por el culto al se�or de las Agon�as cuya fiesta que recae a finales del mes de abril, se ha configurado como una de las m�s importantes en la zona de los volcanes.
Entre los principales atractivos de la parroquia destacan sus retablos y la bella imagen del cristo a quien los habitantes del municipio guardan absoluto fervor, la iglesia tanto como la figura del santo cristo son considerados como tesoros muy preciados del pueblo por tanto las mayordom�as hacen colectas durante todo el a�o para festejar en grande a la imagen milagrosa que tiene su historia desde que se quiso quedar en este pueblo.
La parroquia escenario para telenovela
En 2001 el pueblo de Juchitepec sirvi� para diversas locaciones de la telenovela �El Manantial�, principalmente el atrio y el interior de la iglesia donde se filmaron diversas escenas para cap�tulos de la serie.
Los habitantes del municipio tienen en el recuerdo el tiempo en que actores famosos se desplazaban en torno a su iglesia a sabiendas que la fotograf�a de la parroquia dar�a la vuelta al mundo a trav�s de la televisi�n tal y como sucedi�.
De hecho, el final de la novela protagonizada por la actriz Adela Noriega y el actor Mauricio Islas, se dio con una gran boda de la trama y a la que la gente de Juchitepec asisti� detr�s de los arcos de la parroquia.
A la fecha algunas familias guardan las fotos que lograron tener de dicha boda, incluso autografiadas y las conservan como un bonito recuerdo ya que posterior a esta filmaci�n no ha habido otras tanto para la televisi�n como para la pantalla grande.
Gregorio Manr�quez H