El árbol colorín, también es conocido como Tzompantli y se relaciona con el significado del nombre del municipio Zumpango, localizado en casi en todo México pero muy predominante en esta zona del Valle de México, a este enorme árbol ornamental se le ve en parques y jardines, pero su pasado histórico tiene que ver con un sin fin de utilidades, por ello se consideraba el árbol sagrado de los nahuas.
En un sentido estético, la flor del también llamado árbol de colorín fue centro de decoro, cuentan que atraídos por su belleza, en el año de 1947 se llevaron de Zumpango muchos arboles de colorín a la CDMX, para adornar la avenida Palmas, comenta Don Alejandro Ramírez Curiel, cronista vitalicio de este municipio.
Esta planta milenaria tiene que ver con la filosofía anahuac, apreciado por los habitantes originarios, comenta el cronista que en los meses de enero a abril, el árbol produce una flor roja muy bonita, se trata de un árbol de tronco ancho que en epoca de estiaje parece que esta en reposo, sin hojas hasta que cae la lluvia lo comienza a llenar de hojas con una estructura muy peculiar en forma de cruz, “sus ramas dan un aspecto de una cruz con hojas”.
Parece que los nativos le daban sentido y significado a todo lo que les rodeaba, dice Don Alejandro a ese tronco lo asociacion con la tierra, “la madre tierra”, el agua era su vestidura que deja en su sombra unos llamativos frijoles color rojo con los que muchos de nosotros jugamos cuando éramos niños.
Sus flores son una corona color rojo encendido y que forman una especie de penacho vistosos, pero también es comestible, a partir del mes de enero y se utiliza para la preparación de diversos platillos como tortitas con huevo, en caldillo, en molito o con frijoles.
Versión documentada pone entre sus usos el medicinal; algunos lo usaron para calmar el dolor de muelas a través estos frijoles molidos, la fusión se utilizaba como hipnótico y sedante o en algunos casos para controlar convulsiones, el jugo exprimido y depositado en la boca de los niños produce sueño.
Datos científicos indican que las flores de la Erythrina contienen alcaloides como la eritralina y la erisodina, que al comerse en grana cantidad pueden ser tóxicas, mientras las semillas contienen eritroidina, un poderoso paralizante de músculos; además de eritrosina, emético, coralina y ácido erétrico, pero sólo en exeso, nuestros antepasados eran muy sabios y conocían sus efectos.
Continuando con el rescate de este árbol ancestral, es necesario recuperarlo, legalmente ni se oye nada sobre su peligro de desaparecer, pero hay pocos visibles en la zona y, quienes conservan una especie en su casa, es porque conocen el significado del árbol y aprovecha su sombra y admira la belleza de su flor rojo brillante.
Acela Montaño