El día 8 de diciembre en el municipio de Zumpango celebran la feria patronal de la Purísima Concepción, tradición que año con año se mezcla con el sincretismo religioso de un pueblo tradicional con costumbres muy arraigada.
Varios días de fiesta se distinguen en honor a la santa patrona a la que su nombre se origina en la colonización, pero con una interpretación poética basada en elementos naturales, dada por los nativos de la zona.
El antecedente cuenta que muchos ríos pasaban por Zumpango, pero un manantial en especial que pasaba por la zona de La Laguna se apreciaba desde el lugar donde ahora se encuentra la parroquia, mirando hacia el poniente, como se construyeron todas, o casi todas la iglesias.
Los nativos al aceptar la evangelización de los Jesuitas, vieron en la imagen de la inmaculada Concepción una similitud al agua que caía en la piedra tepetatosa, abundante en la zona; narran que durante la lluvia, de frente a la parroquia se ponía el arcoíris con sus siete colores, en la mezcla de esos siete colores surge un octavo color, el blanco.
El blanco para los antepasados representaba pureza, la Virgen vestida de blanco lucia con singular belleza, mirando hacia el manantial, de ahí surge el nombre de la Purísima Concepción
Otra versión la escribe el Director de Casa de Cultura de Zumpango, Daniel Ángeles, en la narra que existen archivos de la catedral metropolitana del siglo XVIII en donde quedó asentado que, para protección de Zumpango, a pedimento de los vecinos, se entronizara a la Virgen de la Inmaculada Concepción en vista de las muchas víctimas por picadura de víbora, que abundaban en la región.
Comenta que desde entonces, el pueblo de Zumpango cada ocho de diciembre derrama toda su fe y veneración hacia su amadísima patrona.
La construcción de la parroquia en honor a la Inmaculada Concepción, inicia en 1578, en lo que también albergaba un panteón, el primer cuerpo presenta la puerta principal con un arco de medio punto, hecha de cantera con intrincado trabajo de rocalla, al paso del tiempo fue transformándose con retablos colaterales de estilo barroco, tallados en maderas preciosas con acabados en hoja de oro adornados de valiosas pinturas y hermosas esculturas de santos y ángeles.
El neoclasicismo, estilo que comenzó en el siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del XIX muestra de ello es el monumento con hermoso ciprés que se erigió en el presbiterio parroquial coronado con un enorme arco de medio punto luciendo en su centro la imagen bella de la Purísima Concepción.
En el año de 1900, se terminó de construir con la ayuda de la feligresía, la obra negra de un gran edificio que sería después la nueva casa cural de la parroquia de Zumpango, durante estos años en la misa de los domingos, los fieles que acudían a misa en ese templo llevaban toda clase de piedra en cantidad que la posibilidad les permitía transportar.
Actualmente la parroquia de la Purísima Concepción es un verdadero símbolo de cultura e historia para los zumpanguenses, patrimonio histórico que da identidad al municipio y que cada año con devoción los oriundos honran a la santa patrona.
Acela Montaño