Dos hornos hechos de cantera para fundir piedra caliza convertida en cal y una torre para cocer ladrillo, fueron de importante contribución para la construcción de la arquitectónica obra del túnel del Gran Canal de Desagüe de la CDMX.
Las estructuras, ubicados en el barrio El Refugio del municipio de Tequixquiac, se quedaron para la posteridad, cargadas de un alto contenido histórico; los hornos y la chimenea son construcciones emblemáticas que dan sentido de pertenencia a pobladores del Tajo, el Refugio y San José.
Los hornos son edificaciones, que datan de finales del siglo XIX, se trata de la infraestructura necesaria para la fabricación de ladrillo y cal para revestimiento del túnel del Tajo de Tequixquiac, obra que consta de una longitud de once metros y cuatro de diámetros a treinta y dos metros sobre el nivel del suelo.
Los consideran es herencia para los refractaristas; trabajadores constructores de hornos en el mundo, quienes hacen honor a estas instalaciones con su trabajo.
Cientos de trabajadores empleados en la obra del Gran Canal utilizaron las practicas ancestrales, el municipio es considerado uno de los iniciadores de estos procesos prehispánicos para crear cal; traían las rocas calizas del municipio vecino de Apaxco, las cocían en este monumental horno con diseño similar a una capilla.
U horno de cal se encuentra ubicado en la barranca que une tres arroyos de agua de manantial, provenientes de Palo Alto, la construcción se conserva, aunque llena de maleza y pintada por vándalos, resulta una estructura digna de admirarse y de conservarse, otro horno se encuentra en propiedad privada y conserva aún más su forma original.
La chimenea localizada sobre Avenida del Ferrocarril de esta comunidad, en una construcción con diseño europeo en forma de chimenea de aproximadamente veinticinco metros de altura, la ocuparon para cocer ladrillo con el que dieron forma al túnel, a la que denominaban chimenea de batería por la eficiencia en producción, esté horno tuvieron una vida útil de cincuenta años, según información de archivo.
El municipio de Tequixquiac es reconocido por la desembocadura del Gran Canal, obra de ingeniería civil que en su tiempo fue comparado con las grandes obras de saneamiento de ciudades europeas, justo ahí los trabajadores encontraron el Hueso Sacro de Tequixquiac, una de las primeras piezas artísticas en América.
Por muchos años permanecieron en los trabajos del Canal, hasta que, en el año de 1884, Porfirio Díaz reanudara formalmente los trabajos del desagüe y en el túnel, la obra encomendada al ingeniero Luis Espinosa, posteriormente concluida por empresas de capital británico y norteamericano, pero siempre con mano del lugar.
Tequixquiac busca enaltecer la historia y los vestigios arqueológicos y rescate de espacios ecológicos de la zona del Tajo, por ello da marcha a un proyecto municipal con la ruta del Tren turístico La Cucarachita del que también se pretende rescatar vestigios históricos con el objetivo de promover al municipio a nivel regional, estatal y nacional, e impulsar la economía local con participación de la iniciativa privada.
Acela Montaño